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"Flora Poste y los artistas" de Stella Gibbons


 La Editorial Impedimenta, de la que me confieso completa seguidora desde sus inicios, me proporciona algunos de los mejores momentos lectores que recuerdo. Una de las cosas que mejora hace son las portadas, los diseños de los libros, con esas contraportada que se abren y prolongan la imagen más allá del propio libro. Son fastuosas y llenas de significado. Muy originales. Y otra buena obra es la presentación en castellano de autoras, sobre todo autoras, desconocidas para nosotros y que terminan convirtiéndose en parte de nuestra biblioteca personal. Eso mismo es lo que ocurre con Stella Gibbons, uno de los b buques insignia de la editorial desde que comenzaron a sacar sus obras.

 Stella Gibbons (Londres, 1902-1989) fue periodista y escritora de relatos, poesía y novelas, de las que publicó unas veinticinco. Su infancia fue peculiar con un padre que era, a la vez, un benefactor de los pobres en su condición de médico de los suburbios y, por otro lado, un misógino que trataba mal a su esposa y que aborrecía a las mujeres. Esa dicotomía generó en Stella Gibbons una suerte de mirada grotesca acerca de las personas y esa mirada se refleja en los personajes que crea, algunos de ellos cómicos y llenos de excentricidades. 

 Hace algún tiempo Impedimenta publicó (y en este blog hay cumplida referencia) La hija de Robert Poste, que vio la luz en 1932, su primera novela y un fantástico libro lleno de humor, de ternura, de buenas vibraciones, de cosas ilógicas, de sentimientos, de fuerza, de vitalidad, de ese toque de locura que necesitamos imprimir a nuestras vidas en la mayoría de las ocasiones. 

 Después de eso, Impedimenta ha echado el resto y ha seguido publicando los libros escritos por Gibbons. Basset, de 1933; La segunda vida de Viola Wither, de 1938; Navidades en Cold Comfort Farm, de 1940; Westwood, de 1946. 

 Pues bien, el libro del que hablo presenta de nuevo a Flora en otra de las novelas de Stella Gibbons. Se trata de Flora Poste y los artistas, que en esta edición cuenta con la traducción ( las traducciones siempre hay que citarlas) de José C. Vales. Ambos libros La hija de Robert Poste y Flora Poste y los artistas son absolutamente recomendables. Una gota de sol en el agua fría, que diría Françoise Sagan. Una visión incisiva, inteligente y llena de humor sobre la vida y sus acontecimientos. Esa visión que nos hace falta siempre pero, sobre todo, en los momentos más extraños y llenos de dudas. 

 Pero ¿quién es Flora Poste? 

 Flora Poste es una joven que se queda huérfana y acaba siendo acogida por sus parientes, los Starkadder, que viven en una granja de Cold Comfort Farm. Una vez allí, Flora conocerá y tratará a personajes diferentes, a cual más estrambótico:  Amos, Seth, Meriam, o la tía Ada Doom. Flora, después de observar lo que ocurre y cómo aquello no conduce a nada, salvo al desastre próximo, se toma el asunto en serio y quiere meter mano en la vida de los otros y en el devenir de la propia granja, lo que acaba trayéndole toda clase de complicaciones. Todo esto ocurre en el primer libro, La hija de Robert Poste. 

 En el segundo libro, el que ahora comentamos, Flora Poste y los artistas, los rústicos lugareños con los que Flora trata en la primera entrega dan paso a la sofisticación. Podemos imaginarnos a Flora Poste sumergida en el ambiente de los artistas, los delicados artistas, pintores, escritores (sobre todo, poetas), escultores, músicos... Toda una tropa que, seguro, nos hará pasar buenos momentos y que desfilará por las páginas de Stella Gibbons con ese toque especial que convierte su literatura en un postre exquisito.

 La mirada de Flora es la misma pero los receptores son muy suyos. De manera que iguales desastres se avecinan e iguales risas, divertimentos y situaciones llenas de ironía, distancia, humor y su poquito de cinismo. Y, por otra parte ¿quién no se siente identificado con la crítica tierna a esa actitud de diletancia y superioridad intelectual que exhiben algunos de esos magos tocados de la varita mágica de la gracia y el talento?...

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