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Mostrando entradas de mayo, 2023

"Hace años que no creo en nadie"

El familiar comienzo con los personajes más relevantes de la historia nos muestra a los protagonistas, el matrimonio formado por Gwenda y Giles Reed , ella "bellísima mujer de veintiún años" y él "un joven simpático y apuesto". Los sobrinos de Miss Marple , Raymond y su esposa Joan West , escritor de mediano éxito y novelas ininteligibles y pintora de cuadros extraños, respectivamente, también aparecen con ocasión de una visita de Gwenda Reed a Londres. Además, en una intervención estelar, el matrimonio Bantry , coronel retirado y simpática ama de casa amante de la jardinería, proporcionan a Miss Marple el contacto para poder acudir al pueblo donde sucede todo. Hay, por otra parte, una buena lista de criados: doncellas, niñeras, cocineras y jardineros . Estos últimos son personajes muy habituales de sus novelas (incluso aparece una mujer jardinera profesional en "Se anuncia un asesinato",  Philippa Haymes) y no tienen demasiado buena fama: "Foster, el

Jane Austen en la televisión

(Romola Garai es Emma Woodhouse en "Emma", 2009) También la televisión ha mostrado en muchas ocasiones adaptaciones realizadas a partir de las novelas de Jane Austen. Esas adaptaciones comienzan en España en los años sesenta, en concreto en 1967 y 1968 respectivamente, con la adaptación de Emma, protagonizada por Lola Cardona y de La abadía de Northanger, dirigida por Pedro Amalio López y protagonizada por Lola Herrera. La primera miniserie británica es de 1972 y la dirige John Glenister, mientras que los protagonistas son Doran Godwin y John Carson. Se trata de otra "Emma". En 1980 aparece una "Orgullo y prejuicio" en miniserie, dirigida por Cyril Coke y protagonizada por Elizabeth Garvie y David Rintoul. El año siguiente, también británica como la anterior, se lleva a la televisión "Sentido y sensibilidad", dirigida por Rodney Bennett y con irene Richard y Tracey Childs como las hermanas Dashwood.  (Johnny Lee Miller, un excelente señor Knightl

Jane Austen en el cine

  (Fotograma de "Persuasión", 2022) Hasta treinta y cinco adaptaciones al audiovisual existen sobre las novelas de Jane Austen, sin contar las que se dedican a su vida. De ellas, veinticuatro son versiones de cine, televisión y plataformas que podríamos considerarse canónicas y otras once se dedican a rarezas. Dejaré de lado estas últimas y dedicaré esta entrada a las versiones de Jane Austen al cine. Lo haré por orden cronológico, ya que de ese modo se ordena mucho mejor y, además, se puede ver el momento de más auge de esta tendencia.  *Más fuerte que el orgullo fue el título en España de la versión de Orgullo y prejuicio de 1940, nacionalidad estadounidense, dirigida por Robert Z. Leonard y protagonizada por Greer Garson y Laurence Olivier, dos estrellas del momento. Blanco y negro.  *En 1995 se ruedan dos películas, dedicadas a novelas de Austen. Persuasión, dirigida por Roger Michele e interpretada por Amanda Root en el papel de Anne Elliot y Sentido y sensibilidad, de A

¿A quién le importa Jane Austen?

  "El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos". Ilsa Lund y Rick Blaine lo dijeron antes. El cine siempre avisa, siempre es una predicción que termina por cumplirse. Y que puede aplicarse a muchas situaciones. Por eso vivimos en modo cine tantas veces. Las imágenes y, sobre todo, las frases, tienen la versatilidad de los axiomas. Esto es así porque lo dijeron Bogart y Bergman . Punto.  Estos días el país, el nuestro, que no es todo el mundo pero es nuestro mundo, anda de cabeza. Elecciones, resultados, votaciones, adelanto electoral, consecuencias, pactos, pitos y palmas. La vida cotidiana se alfombra de estos temas a través de la televisión, internet, la radio y la prensa escrita. Cada cual a su modo tiene una idea de lo que sucede y, sobre todo, de su posición al respecto. La gente normal, que somos casi todos, no pinta nada. Aunque nos cueste reconocerlo. No vamos a elegir aunque lo parezca a la pareja de baila, ni vamos a bailar a nuestro son, es así y así hay que en

Ni tacitas ni leche

  (Foto Bridgeman, acuarela de James Miller, Aceras de Londres, Museo de Birmingham) En el Londres de mediados del siglo XVIII, unos años antes de que naciera Jane Austen, hubo que inventar aceras para que los viandantes pudieran pasear o recorrer la ciudad sin toparse con la cantidad ingente de carruajes que se movían, algunos para llevar personas y otros para trasladar mercancías. La revolución industrial estaba en sus momentos iniciales y la fisonomía de la ciudad estaba sufriendo enormes cambios. El humo, el bullicio, el ruido, el gentío, todo eran factores nuevos a tener en cuenta si uno visitaba Londres entonces.  La señorita Jane Austen iba a Londres a veces y así lo demuestran algunas de sus cartas. La pregunta que hay que hacerse con respecto a estas cartas no es por qué se destruyeron casi tres mil sino por qué se conservan 161. El criterio debió ser presentar la cara más fidedigna de la autora, al menos así lo pienso conociendo a Cassandra, su hermana querida, su albacea. Un

"No dejaría nunca de escribirte. Cartas de Amor" de Gabriele D´Annunzio

(Botticelli. Madonna) "No dejaría nunca de escribirte" es el título de las cartas de amor que Gabriele D´Annunzio dirigió a Barbara Leoni, su musa, su amante, la mujer a la que quiso tiernamente, la que hacía que su vida tuviera un sentido más allá de aventuras amorosas y de vicisitudes cotidianas. En sus misivas, que se recogen en un libro reciente, no hay solamente sentimiento, sino literatura. Él era un hombre casado y con hijos, pero, sobre todo, un incorregible mujeriego que halló en Barbara Leoni, primero un motivo de seducción, luego una amiga y, por fin, una emoción única que trasladó a sus cartas. Ella era tierna, lúcida, inteligente, amable y generosa. Una mujer para inspirar e inspirarse. El hombre que había coqueteado con todas las mujeres terminaría escribiendo de Barbara unas frases que nos dan cuenta de los lazos que establecieron:  "¡No verte! ‒escribe d'Annunzio‒ ¡Cómo cambia de repente toda la visión de nuestra vida al pensar algo así!

Dos crímenes perfectos

  ( Gwyneth Paltrow en una de las escenas de exteriores de "Un crimen perfecto") Llamaremos a " Crimen perfecto" (en el original "Dial M for Murder" ), el crimen primero y a "Un crimen perfecto" (en el original " A Perfect Murder" ) el crimen segundo. De ese modo será más fácil hablar de los parecidos y de las diferencias entre estas dos películas que se produjeron con más de cuarenta años de diferencia. Es un juego divertido y tiene algunos matices muy curiosos. En la consideración de la crítica (seguramente también en la del público), el crimen primero está muy por encima. Por ejemplo, Filmaffinity  lo puntúa con 8,2,  mientras que al segundo le da solamente un 5,7. Sin embargo, en el juego de las diferencias hay asuntos notables que tienen mucho que ver, no solo con las películas, sino con el propio cine y su industria.  Para centrarnos diré que el crimen primero lo dirigió Alfred Hitchcock en 1954 y contó con las interpretaciones

"Washington Square" de Henry James

(Catherine y Morris pasean en la versión de 1997 de "Washington Square") En un tiempo en que las mujeres de la buena sociedad se sentían presionadas por la necesidad de hacer un buen matrimonio, de tener éxito social, Catherine Sloper no es una víctima de su falta de atractivos físicos o de su escasa brillantez de ingenio. Lo que Henry James describe es aún más doloroso, más difícil de superar y más definitivo: la historia de una niña que nunca recibe amor del padre, que es el único progenitor que le queda después de que su madre muriera en el parto. El doctor Sloper  castiga a su hija con una especie de odio soterrado, de desprecio mal disimulado, porque la considera la causa de la muerte de su mujer a la que adoraba. Ese es el peor castigo que puede recibir un niño. Huérfano de madre y huérfana de padre, o peor aún, con un padre exigente, poco comprensivo, nada cariñoso. Este y no otro es el problema de Catherine, lo que la convierta en una mujer vulnerable. No t

El juego de la venganza

La historia tuvo lugar en Kuala Lumpur en 1911. Luego se convirtió en un relato, publicado en 1924, junto a otros que formaban el libro The Casuarina Tree. Más tarde, en una obra de teatro escrita en 1927. Por fin, en una película, de 1929. Y el fin de todo ello, de esta suerte de atracción mantenida en el tiempo, es esta película La carta, de 1940. Así, Somerset Maugham, el dramaturgo; Howard Koch, el guionista; William Wyler, el director y Bette Davis, la actriz, forman el cuarteto sobre el que se asienta esta extraña, apasionante, dura y compleja producción.  Nunca la fotografía ha sido un aliado tan fiel de las emociones. Nunca los movimientos de cámara han tenido mayor protagonismo. Nunca, las diferencias sociales, la lucha de clases, han tenido un espejo mejor en que mirarse. Nunca la pasión amorosa se ha escrito con tanta conmiseración y tanto odio. Nunca la rivalidad femenina ha tenido un ropaje tan caro y unos rostros tan herméticos. Nunca hemos entrado en una histori

Catorce años

  Da una pena ver las grapas en la foto, parecen que van a arañarla. Sin embargo, así están en el original de papel. Alguien puso las grapas en la foto y se oxidaron y esa es la huella que queda en la cara de la niña. Y también los restos del sello del club, en el que entró con catorce años y esa es la edad de la niña de la foto. Catorce años y una cara que es imposible de descifrar. Siempre buscando algo, siempre en busca de algo inexistente. Algo que no sabe qué es ni dónde está. Algo inasible, inabarcable. Sigue así, no lo ha encontrado. Quizá no existe. La niña sigue así.

De baile en Basingstoke

  Hoy es posible ir de Steventon a Basingstoke en catorce minutos en coche. En la época de Jane Austen Basingstoke era el centro comercial y cultural de referencia. Allí acudían los habitantes de Steventon y también de Deane, donde estaba la otra rectoría del padre de Jane, para comprar, resolver asuntos y para el ocio, sobre todo, para los bailes. Un baile era el centro de la vida social de la época y prepararlo requería esfuerzo y organización. Había que ver el medio de locomoción para llegar allí, es decir, el carruaje que se utilizaría. También las personas que acudirían, los vestidos y adornos, los zapatos, el horario.  Basingstoke forma parte del distrito Basingstoke and Deane, está situado en el valle del río Loddon y pertenece a Hampshire , cuyo capital del condado es Winchester . En la catedral de esta última ciudad está enterrada la escritora. Steventon es hoy un pequeño pueblo de unos trescientos habitantes, al noroeste de Basingstoke, que es una ciudad grande, con más de

Lo inacabado

  ¿Cuáles son los motivos por los que un escritor deja un libro a medio hacer? ¿O apenas iniciado? Eso sucedió con Jane Austen y aquí vamos a aventurarnos en las posibles razones. Dejando claro que no fue lo único que no culminó, sino que en su juventud, cuando escribía historias que iba clasificando en tres volúmenes que luego se publicación con el título genérico de Juvenilia, muchas de esas historias se quedaron sin acabar. Ahí podemos aludir a una especie de experimentación, de jugueteo con las palabras, pero en las dos novelas que aparecen en las imágenes las cosas son de otra manera.  "Los Watson" se escribió en el corto espacio de tiempo en que la autora vivió en Bath. Tras jubilarse, su padre, George Austen, había tomado la súbita decisión de retirarse a Bath y allí que se fueron el matrimonio y las dos hijas solteras, Cassandra y Jane. En los añoso 1803 y 1804 estuvo escribiendo este texto en el cual hay también unas hermanas y otras familias de la campiña, además de

La madre de Jane Austen

  /La casita de Chawton, en la que vivió Jane Austen con su madre y hermana/ ¿Cómo era la madre de Jane Austen? ¿En qué influyó en la vocación literaria de su hija? ¿Se llevaban bien? Para empezar pertenecía a una familia superior a la del padre en cuanto a títulos, ascendencia y parentesco. Su padre era el reverendo de Oxfordshire y su tío Theophilus Leigh, un tipo excéntrico y eminente. La propia Cassandra tenía importantes cualidades intelectuales: era inteligente, tenía sentido crítico, un humor irónico muy reconocible y era muy sensata. Esa sensatez la demostró al casarse con alguien tan formal como George Austen, clérigo, y también al espaciar convenientemente los sucesivos partos de sus ocho hijos, de modo que no se resintió su salud ni la de los niños. Cassandra Austen, madre, murió a los ochenta y ocho años, diez años después que su hija, y solo padeció una leve hipocondría que se fue acentuando con la edad como suele ser normal en esta dolencia.  /La ciudad de Bath, en la que