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Mostrando las entradas etiquetadas como Paul Cornoyer

Grises tirando a rosa

  (Paul Cornoyer. Washington Square)  El día amanece gris pero sin convicción. Estamos esperando la lluvia y consultamos con ansia de comprobación el tiempo en el teléfono. Esa maravilla de internet, quién la hubiera tenido de muy joven. Las cosas que podríamos haber hecho, los chicos con los que hubiéramos ligado, los amores que se hubieran cruzado con la vida...Cuando el día avanza, observo que ese gris es engañoso, que no respeta las expectativas y que no tiene intención de convertirse en lluvia. Si no llueve, ese gris se habrá desperdiciado porque un día sin sol solo tiene razón de ser si llueve, si el agua mansa cae sobre la plaza y la convierte en tibio y palpitante espacio donde los niños con botas de agua dan saltos como hicimos nosotros en la calle de la infancia, charcos que dejaban huella en todo, madres que reñían, padres que sonreían, al fin y al cabo no era una trastada demasiado importante.  La música está diciendo su reiterada frase, que escucho cada vez que suena y más

Una calle que mira al sur

  (Pintura: Paul Cornoyer) Hermosa y larga, mi calle miraba al sur y se escondía de los malos vientos. Del calor del levante en el verano y del brumoso poniente en cualquier fecha. Así escribía su historia día a día, poco a poco, como si la vida no fuera otra cosa que las puntadas en un mantel de hilo. Puntada tras puntada, muy despacio, haciendo que el reloj no tuviera sitio para el aburrimiento. Las azoteas templadas del mediodía, las noches junto al cine de verano, las tardes de charla en las casapuertas, las mañanas junto a la taza de café en la cocina... La calle tenía un curioso resplandor que la convertía en escenario de cuentos. Los disfraces y las fiestas, la hora del cante, las miradas ruidosas, la gente que iba y venía, pisando sus piedras, sus aceras, logrando así el milagro de una convivencia más antillana que otra cosa. Todos los mares se apostaban a su alrededor para lograr el milagro de la risa y había quien no podía comprender cómo la escasez se convertía en chiste y l