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Mostrando las entradas etiquetadas como Cameos

Notas sobre libros, lectura y escritura. Víctor Colden

  He aquí un Cameo , el último de la temporada, que  ha realizado Víctor Colden y que contiene algunas reflexiones sobre libros, lectura y escritura. En las imágenes, tres de los libros publicados por este escritor, un gran amante de la literatura y de la belleza de la palabra.  El final de ese libro ya lo conocemos: ganan… las erratas. * Resiste la tentación con todas tus fuerzas: no quieras conocer a tus autores preferidos. ¡Resiste con todas tus fuerzas! * Hace unos días volví a encontrarme con una de esas boutades que tal vez encierren algo de verdad, pero que ya cansan por repetidas: «El escritor también lo es cuando no escribe». Sí, muy bien, muy bien, pero que escriba. * En nuestras estanterías juntamos a veces, con un poco de zumba, los libros de autores enemistados (Marsé y Umbral, Trapiello y Marías…). «Venga, a hacer las paces». * ¿Se puede escribir una novela sin una buena dosis de egoísmo? El que se necesita para, haciendo caso omiso de lo de alrededor, dedicarse

Fernando Quiñones, vida y obra. Por Antonio Rincón Muñiz

  (Fernando Quiñones en su boda) Cuando se han cumplido 22 años de la desaparición del gran poeta y narrador gaditano Fernando Quiñones se hace necesario, y es de justicia, recordar quién fue y qué escribió este andaluz universal. Nace Fernando en Chiclana en 1930 y muere en Cádiz en 1998. Siendo un niño pequeño va a vivir a casa de su abuela paterna, en Cádiz. Allí pasará infancia y juventud hasta que decide marchar a Madrid. Su inquietud literaria le lleva a crear dos revistas del género:  Parnaso  y  Platero . Quiñones nunca se desconectó de Cádiz. Vivió a caballo entre esta ciudad y Madrid. Cádiz se convierte, en la escritura quiñonesca, en un personaje más de su obra. Toda ella está salpicada de referencias a la Perla Atlántica y a sus topónimos. La describe y enaltece como nadie lo hizo nunca si exceptuamos a otro gaditano universal:  José María Pemán . En la capital de España empieza a publicar poemarios. Su voz se deja oír en medios como Triunfo, ABC

"El peor cameo de la Historia (y el Adversario)" por El Extranjero

    El  Cameo  de El Extranjero habla de libros, pero también de chicas, de peinados y de cine. En realidad, todo viene a ser lo mismo: una manera de vivir en la que hay jardines que siempre abren la puerta en primavera.  Dicen que por la mañana hay que vestirse como si por la tarde fueras a quedar con la chica que te gusta . Yo lo intento a diario, pero lo cierto es que cuando tengo una cita reparo más en los detalles. Lo hago todo más despacio. Esto no me sucede solo delante de la chica que me gusta. Ahora, por ejemplo, me está pasando. Escribo como me peino. Tiene que salir algo natural, como intente hacer florituras, me bloqueo y no puedo seguir.  Cuando Kate tuvo la amabilidad de ofrecerme un cameo en su blog respondí agradecido que sí y me fui corriendo al espejo a ver cómo tenía el pelo. Me tranquiliza comprobar que lo tengo delicadamente despeinado. Si el pelo está bien todo está bien. Me gusta cuando me queda un peinado natural que puedo combinarlo con el traje y los vaqueros.

"Fin de trayecto" por María Sanz

  El  Cameo  de María Sanz tiene forma de prosa, ella que es poeta desde que nació. Sin embargo, quizá en el fondo de este relato subyace a escondidas la poesía, quizá los versos insuflarían algo de vida a la desesperación, a la amargura... Fernando estaba harto de todo . Se quejaba del trabajo, un puesto administrativo en la mejor empresa de la región; de los vecinos, molestando todas las noches con el volumen del televisor al máximo; del tráfico rodado, por sus modales irrespetuosos hacia los peatones. En fin, Fernando era una pura protesta viviente. Él, a diferencia de los demás, se tenía por un hombre casi perfecto. No daba ruido, no contraía deudas, procuraba exigir lo mínimo tanto a los compañeros como a la familia, de la que también renegaba por su exceso de visitas en las pocas horas libres de que disponía. Todo a su alrededor le provocaba un rechazo irremediable, difícil ya de superar a su edad madura. Aquella tarde, al llegar a casa, Fernando se encontró menos ag

"Catherine" por Diego Álvarez

(Katharine Hepburn para Harper's Bazaar) El  Cameo  de Diego Álvarez  da vueltas en torno a un nombre que tiene muchas variantes: Catherine, Katherine, Katharine, Caterina, Ekaterina, Catalina, Kate, Caty, Cathy, Kitty, Katie, Cate, Katia, Katrina...   Recuerdo con cariño mi primer día de trabajo serio. Aunque es probable que todo el mundo se acuerde de una fecha tan señalada, el motivo en mi caso es muy distinto a las romantizadas cuestiones de vida adulta y emancipación. Llegué al puesto aquella mañana de lunes y mi jefa mexicana me expuso el contexto de los siguientes meses, después de la protocolaria bienvenida. En un punto de la conversación, Claudia me remitió a Asun - otra persona del equipo que volvería al día siguiente de vacaciones - para las cuestiones más técnicas. La sorpresa fue mayúscula cuando el martes me encontré en el puesto de Asun a un chico chino, que muy amable y en un perfecto castellano se presentó como Sun, cerrando el círculo de una anécdota que modificar

"Primer apunte de enero" por Juan José Iglesias

El  Cameo  de Juan José Iglesias Rodríguez. La lluvia no es solo un fenómeno atmosférico. Es, también, un estado de ánimo, un punto de vista. La lluvia es un ejercicio de melancolía en el que se mezclan el pasado y un presente lleno de incertidumbres.  Llueve sobre Sevilla.  Derrama el cielo cerrado una líquida precipitación invernal, húmeda y fría. La ciudad comienza apenas a salir de una cansina sucesión de días festivos y regresa a regañadientes a la monotonía del cotidiano. La lluvia de la tarde de enero empuja a la imaginación hacia otoñales  melancolías. En la grisura del ocaso se derraman las gotas de agua sobre las sombrías copas de los árboles, forman pequeños charcos en la calle, tamizan  el aire con una luz improbable, amarillenta y apagada.  Todo incita a un íntimo recogimiento, a una delicuescente ensoñación de la infancia. Todo empuja  hacia las fronteras de un pasado desvaído, atrapado en las insidiosas trampas de la memoria. Se han difuminado los senderos del tiempo, lo

"No hay entradas" por Antonio Rivero Taravillo

(El diván verde. Sir John Lavery) El  Cameo  de Antonio Rivero Taravillo. De escenarios y representaciones. De realidad y sueño y de que las palabras tomen vida. Imagen y palabra tendidas bajo la misma luz. Brilla el poema. Este soneto "inédito y extraño" es una muestra de sus versos.  Este teatro oscuro en que me represento solo los días pares, engañando a quien viene en impares jornadas, el aforo completo, fugitivo de mí y de mis actores.   Este escenario lleno de vacíos que se cuelan, las butacas repletas de mis ausentes yoes. Un ciego apuntador va leyendo las líneas de mi papel que calla cuanto dice.   Sobre las tablas sangro en heridas que inflijo en todos los costados de personajes muertos. En mis monólogos pacen sus diálogos.   Me interpelo en silencios que proclaman los palcos de comedias que son pavorosas tragedias. Nunca bajo el telón sino en mis ojos. (El turbante dorado. Sir John Lavery) (Retrato de Miss Julia, Sir John Lavery) Antonio Rivero Taravillo, poeta y tr

"La amable invitación de Domenico Guirlandaio" por Carmen Pinedo Herrero

  El  Cameo  de Carmen Pinedo Herrero. Una visita sorpresa a uno de los lugares más bellos y que más emocionan a los amantes del arte. Y vamos las dos. No podía esperarme este viaje tan especial en el que hay tanto, de tantos.  En estos momentos nos hallamos delante de Santa María Novella. Estoy a punto de comerme una avispa, algo que, sin duda, mermaría la dicha que siento en este instante, pero me dices: “Carmen, cuidado con la avispa” , así que no me la como y te agradezco el aviso, Caty. Sonrientes, contemplamos la fachada de la iglesia mientras charlamos sobre Alberti –no el poeta, sino el arquitecto-. Dentro de un momento abandonaremos Florencia para entrar en otra Florencia: la de finales del Quattrocento, tal como nos la muestra Domenico Ghirlandaio en sus frescos de la capilla Tornabuoni. ¿Sabéis lo que nos fascina de esos frescos? Las arquitecturas, claro, esa oportunidad de pasear por las calles y las plazas proyectadas por el arte de Domenico, de entrar en las casas y de

"Fernando (la lucidez)" por David Cerdá

  El  Cameo  de David Cerdá. Una reflexión personal sobre el sentido de enseñar a la luz de una película.  " Fernando Robles, a quien da vida Federico Luppi, es escritor y profesor de literatura en Lugares comunes , la película dirigida por Adolfo Aristarain que hace una veintena de años se llevó en Donostia el Premio al Mejor Guion y la Concha de Plata para su protagonista femenina, Mercedes Sampietro.  Es una de esas cintas en las que cuesta resaltar uno solo tema de los tratados, tal es su hondura y su riqueza: la amistad y el amor, la vejez y las raíces, la autenticidad y las elecciones vitales van desfilando por la pantalla, en tono mayor y afectuoso, áspero a ratos, pero siempre con sentido del humor y una sinceridad extrema. No vi la película en su estreno, sino cinco años después y en la intimidad de mi salón. Me alcanzó en un momento en el que no tenía claro si solo quería ser lo que siempre creí que sería y hasta la fecha estaba siendo, en un momento de transición, en

"Un ejercicio fascinante" por María Pilar Marín Blesa

(La bahía de Marsella, 1885, Paul Cézanne) El Cameo de María Pilar Marín Blesa. Un paseo literario y geográfico por los lugares amados y por los libros que los inmortalizan:  "  Un escritor español muy prolífico y conocido, menciona en una de sus novelas, leída hace poco, que “hay un ejercicio fascinante, a medio camino entre la literatura y la vida: visitar lugares leídos en libros y proyectar en ellos, enriqueciéndolos con esa memoria lectora, las historias reales o imaginadas, los personajes auténticos o de ficción que en otro tiempo los poblaron.” (*) Naturalmente y aparte de intentar encontrar una respuesta a la eterna pregunta de por qué no se me había ocurrido a mí plantear, y además de esa forma, esta deliciosa cuestión, mi mente empezó a intentar rememorar los momentos de mi vida en los que disfruté de tal “ejercicio fascinante”.   He rebuscado insistentemente en la memoria física algún lugar visitado en mi infancia relacionado con los páramos ingleses de Enyd Blyt

"Un gin tónic en pijama" por María José Peña

  (Foto: Patrick Demarchelier) El  Cameo  de María José Peña. Una historia íntima con su toque de nostalgia y de emoción poderosas.  "Le pesaban los ojos. Llevaba toda la tarde leyendo y la luz no era la adecuada, pero, absorta en la lectura, había olvidado, como tantas otras veces, encender la luz mientras la tarde declinaba y el anochecer se apoderaba de las horas. Cerró el libro y advirtió que, sumida en la vida de otros, se le había acabado  su propia tarde. Salió a la terraza amplia y luminosa bajo las encendidas farolas que automáticamente se encendían a las seis. En invierno a las seis es noche cerrada. El aire frío le azotó brevemente el rostro templado por la calefacción del interior. Después de las ráfagas de viento de los últimos días, el aire estaba en calma y un sosiego grato la invadió. La luna brillaba encendida. Luna llena, se dijo, como siempre que sucede algo grato en mi vida. Y no supo por qué pero se alegró, como si esperara algo, como si algo inesperado aún pu