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Mostrando las entradas etiquetadas como Robert Doisneau

Maestras

  Tenía una voz asombrosa. Un punto chillona, pero, en muchos momentos, cálida y firme. Te daba seguridad oírla, era el elemento que cohesionaba el aula, la perfecta directora de una coreografía diaria que convertía a las niñas en actrices de una película sin guión. Iba tan bien vestida que parecía una actriz. Las rebecas de punto, las faldas tubos, los jerseys de cuello a la caja. En los tiempos de calor, unas blusas de colores pastel con adornos de pequeños encajes y otras fruslerías. Zapatos de tacón, bien asentados en el suelo, firmes pero sonoros. Tac, tac, tac, repiqueteaba a su paso. Tac, tac, tac, movía las piernas con un ritmo envidiable.  Debía ser guapa aunque no se casó. Tuvo un novio de muchos años, un novio fotógrafo que no estuvo a la altura. Ella era más lista, más inteligente, más lúcida y más atrevida. Así que el novio se convirtió en una sombra, primero, y luego en una ausencia. El recuerdo de sus manos es el más latente: unos dedos perfectos, que agarraban la tiza c

Para escribir la vida

  A orillas de las noches inciertas, cuando se olvidan los deseos, y los nombres pierden sus sílabas y las consonantes suenan a hueco, he llegado a amarte tanto, que tu silencio ha sido una respuesta.   En las noches que tienen el sabor de la duda, cuando algo te aleja y te acerca a las cosas, quise estar contigo aun sin conocerte, hasta que la aurora deslice su mano.  Y en los días que se levantan con el cielo gris con nubes azuladas y relámpagos dorados esos días que parecen desprenderse del tiempo, sé que si tú estuvieras hallaría un sol presentido un sol de rayos triangulares y enigmáticos un sol único para escribir la vida.  (Fotografías de Robert Doisneau)