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Mostrando las entradas etiquetadas como Al Parker

Escribir, publicar, vender, leer

  Este es un tema delicado pero no he de tener demasiada preocupación al respecto. No va a causar una debacle humanitaria ni, desde luego, cultural. El tema es enjundioso pero este blog no lo lee casi nadie. Y hay algunas cosas que merecen la pena, que están bien escritas y bien reflexionadas, pero a los blogs les pasa como a los libros: solo se leen una mínima parte de los que existen y el criterio siempre es, o sobre todo, el nombre, el nombre de quien lo firma. La firma, esa gran figura de nuestros días. El autor, oh, el autor, quién ha hecho esto, dónde está, que me haga un autógrafo ya...Los desconocidos, los outsiders como yo misma, no importamos nada aunque escribamos bien, muy bien, sobresaliente. En realidad, el cómo no no importa, solo importa el quién. Por eso hay, por lo visto y según se oye por ahí, gente que incluso paga por publicar, cambiando así la ecuación. Pero volvemos a ella, a la ecuación.  La ecuación comienza con alguien que escribe un libro. Supongamos que es u

Al Parker y la nada

  Aunque podría, no voy a dedicar esta entrada a hablar de algunas celebrities que se dedican a gastarse el dinero en modelos imposibles de supuestos genios de la moda. Esto de la moda es como la cocina. Según se mire, tienen muchos puntos en común. Se trata de hacer lo más difícil posible algo que es muy sencillo. Un vestido, por ejemplo. Con sus botones o sus cremalleras, su largo y su dobladillo. Puede uno hacer piruetas, hacer el intento de dejar su sello personal y entonces convertirlo en un magnífico adefesio. Un mamarracho. Lo mismo pasa con la cocina. La alta cocina corre el peligro de convertirse en una cocina hecha para snobs a los que no les gusta comer.  Podría hablar de cocina o de moda, incluso de política, porque todo eso aparece mezclado en un guiso imperturbable. Podría hablar de cualquier cosa pero quiero hablar de sentimientos, de elecciones y de amor. Qué es el amor si no el motivo principal por el cual los seres humanos nos dedicamos a sufrir en lugar de gozar de l

Un mal gusto exquisito

  Aunque podría, no voy a dedicar esta entrada a hablar de algunas celebrities que se dedican a gastarse el dinero en modelos imposibles de supuestos genios de la moda. Esto de la moda es como la cocina. Según se mire, tienen muchos puntos en común. Se trata de hacer lo más difícil posible algo que es muy sencillo. Un vestido, por ejemplo. Con sus botones o sus cremalleras, su largo y su dobladillo. Puede uno hacer piruetas, hacer el intento de dejar su sello personal y entonces convertirlo en un magnífico adefesio. Un mamarracho. Lo mismo pasa con la cocina. La alta cocina corre el peligro de convertirse en una cocina hecha para snobs a los que no les gusta comer.  Podría hablar de cocina o de moda, incluso de política, porque todo eso aparece mezclado en un guiso imperturbable. Podría hablar de cualquier cosa pero quiero hablar de sentimientos, de elecciones y de amor. Qué es el amor si no el motivo principal por el cual los seres humanos nos dedicamos a sufrir en lugar de gozar de l