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Mostrando entradas de mayo, 2024

La mirada insistente de May Sarton

Así suceden las cosas: una editora de una pequeña editorial descubre a una escritora que le gusta y que no ha sido traducida al español. La editorial se embarca en una primera traducción. Y funciona. El boca a boca de las redes ayuda a esa difusión y el nombre de la autora comienza a ser conocido en la élite de lectores avanzados, sobre todo mujeres, que están atentos a las novedades y que consume literatura no comercial.  De este modo, May Sarton llega a nuestras estanterías y a nuestras vidas de lectores en las que el libro y todo lo que trae consigo es un elemento fundamental. Comenzamos a leerla y estamos pendientes a las novedades que se van publicando. Y así descubrimos algo que todo autor posee y que es el punto de arranque de cualquier obra literaria: el estilo. Dado que lo que se está publicando es todo memorialístico, podemos afirmar que su manera de mirar el mundo y de trasladarlo a la escritura tiene sus especiales características. Yo no lo llamaría autoficción, sino, más

Extrañeza de perfil

  Louise Dahl-Wolfe coloca a sus mujeres de perfil, a veces les cubre el rostro y en otras ocasiones aparecen con los ojos cerrados. Incluso si están en pareja o en grupo no hay interacción entre ellas, dando la impresión de que ni siquiera se conocen, que son extrañas, que permanecen aisladas. Es un aislamiento interior, más que exterior. Son desconocidas que apenas se mueven, estáticas e indiferentes parece que no tienen sentimientos ni deseos. 

Si hay prisa, no hay literatura

*Lucia Berlin, escritora, 1936-2004 *********** Lo contaba en una entrevista grabada en el escritor recién fallecido Paul Auster. Tras ocho horas de trabajo diario, como si fuera un obrero de la literatura, se daba por satisfecho si alguna vez de forma extraordinaria conseguía tener tres páginas terminadas. Lo normal es acabar una sola página y en circunstancias buenas quizás dos. Y nos cuenta su método. Un párrafo que se escribe y se reforma una y otra vez, continuamente, se escribe, se reescribe, se corrige, se vuelve a escribir. Hasta que, nos dice, quede suave, limpio, armónico, como si de ese fragmento surgiera música, rítmico, a compás diríamos nosotros. Ese cuidado en la escritura, esa placidez a la hora de escoger las palabras, es una de las grandes cimas de la creación y cuando se logra, cuando una es capaz de olvidarse la prisa, la inmediatez, la necesidad urgente de decir algo, cuando puedes sentir el sosiego de escribir despacio, de buscar despacio en tu mente las palabras

A la sombra de un lazo violeta

Las tardes tenían un denso tono amarillo porque el calor se aposentaba en ellas y no se marchaba hasta bien entrada la noche. Los amaneceres sorprendían a todos en medio de un sueño tardío y sudoroso. El pueblo se aletargaba en verano y extendía su placidez como una cinta dorada al borde la carretera. Las tareas diarias, las compras, el trabajo, el vino del mediodía, todo se convertía en un ejercicio lento, demorándose los sentidos que sólo parecían despertar en la madrugada, cuando, por fin, un fino manto de transparente rocío lo cubría todo. Así, las horas se escribían con el paso cansino de los rayos del sol, que, día a día y sin descanso, presidían la vida del pueblo.  La casa poseía una gigantesca alberca, un espacio húmedo y fresco, teñido de azul, encajado en la huerta a la que daban las habitaciones de atrás. Un lugar privilegiado, único. Las habitaciones tenían una pequeña terraza, suficiente para sentarse a esperar que el cielo se cerrase, que las estrellas lanzaran

Cuando enseñar flamenco era revolucionario

  (Antonio Mesa, in memoriam) Esta es una foto con historia. La he recordado estos días, al enterarme del fallecimiento de Manolo Calero, el excelente cantaor y gran persona. Ahí estamos, marzo de 1993, yo embarazada de siete meses y medio. Bien rodeada de buena gente, de artistas. Si te fijas, el primero de la izquierda es, precisamente, Manolo Calero, Manuel Calero de Tokio como le llamaban en Japón según nos contaba en divertida anécdota. A su lado, el maestro Manuel Mairena, con su gesto amable y circunspecto, callado pero siempre en genio. Al otro lado, Marcelo Sousa, bonhomía y conocimiento cantaor, voz de trueno, y luego un jovencísimo (éramos todos tan jóvenes...) Antonio Carrión, aquí despuntando ya como un guitarrista de extraordinaria factura. Y José Parrondo, otro cantaor de categoría, creador e innovador desde el mairenismo. Entre ellos dos estaba Antonio Mesa, la persona que había ideado toda esa convulsión del flamenco que supusieron los cursos de formación. Digo bien, c

La suerte de Meryl Streep

Meryl Streep cumplirá en junio próximo los 75 años y pocas veces puede encontrarse un caso tan definitivo de artista bendecido por el público y la crítica. Y no es un regalo, sino algo merecido porque Meryl es, seguramente, la mejor actriz de los últimos cincuenta años y entre sus interpretaciones hay verdaderas joyas. No siempre, sin embargo, el valor asegura el reconocimiento, pero en su caso la suerte se ha aliado con ella y a estas alturas de su vida está recibiendo los premios que merece, el aplauso y el cariño que merece, el agradecimiento, la calidez del público y de la crítica. Debe ser reconfortante y seguro que ella lo agradece a su vez. Estuvo en Oviedo el año pasado para recibir el Princesa de Asturias y resultó encantadora a todos y nada de impostura sino naturalidad a raudales. Ese es también su secreto para actuar tan convincentemente. Tiene un extraño atractivo que se basa en una belleza sencilla, en una mirada espectacular y en un estilo personal y muy lleno de sí mism

La primavera es una cesta llena de libros

 /Foto C.L.B. Archivo personal/ Una de mis viejas amigas (viejas porque son de toda la vida) tiene siempre a flor de piel el deseo de encontrar un lugar tranquilo donde sentarse a leer y a tomarse una taza de té. Creo que lo del té es reminiscencia de nuestras lecturas inglesas, porque todas nosotras, ineludiblemente y sin razón alguna, tenemos en esa literatura una referencia constante. No solo hemos leído muchos libros de autores ingleses y estadounidenses sino que los comentamos y nos intercambiamos exclamaciones, interrogaciones y toda suerte de signos estrambóticos. Sentarse en un lugar tranquilo, a resguardo de los vientos y del sol inclemente, mientras el té se va enfriando y tú estás inmersa totalmente en el libro, es un sueño que ella expresa cada vez que se le pregunta qué desearía hacer en ese mismo instante. Y, tanto lo repite, que todas las demás pensamos que, en realidad, ella es una de esas muchachas de la campiña que viven en casas solariegas o en pequeños cottages y qu

"Baumgartner" de Paul Auster

  Ha salido un nuevo libro de Paul Auster. Algunos lectores parece que han cerrado ya su relación con él y así lo comentaban. Han leído cuatro o cinco de sus libros y luego les ha parecido que todo era repetitivo y poco interesante. Muchos autores tienen ese mismo problema. O son demasiado prolíficos o las ideas se les quedan cortas. Es muy difícil mantener una larga trayectoria a base de obras maestras. En algunos casos se pierde la cabeza completamente a la hora de darse cuenta de que no todo vale.  Pero "Baumgartner" tiene un comienzo apasionante. Tan sencillo como lo es la vida cotidiana y tan potente como sucede cuando una persona es consciente de que las cosas que antes hacía ahora le cuestan un enorme trabajo y ha de empezar a depender de otros. La vejez es una mala opción pero no la peor, parece decirnos Auster. Si llegas a viejo, verás cómo las estrellas se oscurecen, pero si no llegas, entonces te perderás tantas cosas que desearás envejecer.  La verdadera pérdida d