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Mostrando las entradas etiquetadas como Sentido y Sensibilidad

La reinvención de un clásico

(Kate Winslet es Marianne Dashwood. Su brillante actuación cuando hacía el casting para ser Lucy Steele y la forma en que daba en la prueba de cámara decidió su papel) En este año de 2020 se cumple el veinticinco aniversario de dos adaptaciones de novelas de Jane Austen que pueden ser consideradas las mejores de todas las realizadas hasta ahora. Me refiero al "Orgullo y Prejuicio" de la BBC, con Colin Firth en el señor Darcy y Jennifer Ehle como Elizabeth Bennet, y a la versión cinematográfica de "Sentido y Sensibilidad" que dirigió Ang Lee, con guión de Emma Thompson.  (Alan Rickman es el coronel Brandon, un hombre maduro enamorado perdidamente de una jovencita de diecinueve años, a la que logra salvar de la crisis que le provoca el desamor) En la génesis de la película de Ang Lee está la productora Lindsay Doran, presidenta de la Mirage Enterprises, una empresa mediana que fundó Sidney Pollack. Doran es una confesa admiradora de Jane Austen y

No es amor el amor que muda a cada instante...

Marianne Dashwood sale de la casa, de la pequeña casa en que ahora vive con su madre y hermanas. Se dirige andando por el bosque sin árboles, por una extensión verde sin aristas, a la loma desde que la que se divisa la casa de Willoughby. La mira con los ojos llorosos y entonces la lluvia comienza a caer con enorme fuerza. Es una lluvia densa de nostalgias. Una lluvia que arrasa, que hipnotiza, es la lluvia que le trae otros recuerdos, el tiempo de las risas y los besos, otro tiempo.  Se queda hipnotizada recitando por dentro los versos que leyeron juntos en esos días en los que compartían una forma distinta de contemplar las cosas. Recita los versos y el soneto se convierte en la banda sonora de sus sueños perdidos. Lo ha dejado atrás todo. Ya no tiene alegría. El vestido se ondula con el viento, la capa se estremece. Un lazo en el escote se ha vuelto una finísima tira chorreante. Nada le importa. Ella es la juventud y quizá por eso no entiende que su amor se haya convertido

Vida en familia

(Retrato de Theresa Parker) Unas pocas familias y un entorno rural es lo que se necesita para una novela. Esta máxima la aplicó fielmente Jane Austen en sus libros y luego, también, salvo excepciones exóticas, Agatha Christie , que convirtió el crimen doméstico en un hallazgo literario, quitándole  el morbo y la sangre y haciendo del asesinato un arte detallista y finísimo. Los mejores libros de Christie se desarrollan en una mansión campestre, en un pequeño pueblo o en una habitación, incluso.  Jane Austen tenía un alto sentido de la familia y de su importancia. Fue la séptima de ocho hijos, de los cuales solamente dos eran chicas, ella y su hermana Cassandra , con la que formaría un tándem que sólo se disolvió con su temprana muerte, a los cuarenta y un años, cuando estaba en plena madurez creativa. En su biografía pueden apreciarse su preocupación y su dedicación al bienestar de su familia. Seguir las apetencias de sus padres le costó diez años de silencio literar

Doce hombres

(Lady Elizabeth Conyngham) Se piensa con razón que los libros de Jane Austen son “femeninos”. Nunca he entendido muy bien qué significa esto. Es verdad que están escritos por una mujer, seguidos  y leídos por las mujeres y llenos de mujeres. Pero, si los hombres no los leen algo falla, y me temo que la educación sentimental de “ellos” tiene muchos huecos que rellenar si se apartan de su lectura. Quizá son los hombres los que más y mejor pueden aprovecharla.  Aunque se pone el acento en los retratos femeninos que Austen traza, menos se suele reparar en el desfile de hombres que por ellos aparece, pero a poco que te fijes puedes apreciar una galería de tipos que merece la pena descifrar. Fijémonos en sus tres obras mayores, “Sense and Sensibility”, “Pride and Prejudice” y “Emma”. Hasta doce personajes masculinos he extraído de ellos para colocarlos en este punto de mira. Doce de tres libros no es poca cosa. No quiere decir que no existan más, desde luego, pero estos doce p

Jane (Austen) enamorada

(Mary Freer, by John Constable 1809, Yale British Art) En enero de 1796 Jane Austen escribe una carta a su hermana Cassandra , que estaba pasando unos días en Berkshire, en casa de sus futuros suegros, los señores Fowle. La carta, que es la más antigua de las que se conserva, es muy interesante. Ella tenía veinte años recién cumplidos pues había nacido en diciembre de 1775. En un cajón de su escritorio estaba guardado, y casi oculto, el manuscrito de Sentido y sensibilidad . Aún no era, en estricto, una escritora, aunque escribía desde niña. Pero esa carta tiene tantos matices, datos e ideas que merece la pena reparar en ella. Porque de su lectura, y de los hechos que después sucedieron, podemos deducir que uno de los protagonistas de la misma es, precisamente, el muchacho de quien Jane se enamoró. Tom Lefroy , que llegaría ser un prestigioso abogado y miembro del Parlamento de Irlanda, confesó en su vejez que había amado a Jane y que únicamente su falta de fortuna