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Mostrando las entradas etiquetadas como Mis poemas

Color de agosto

(Foto de William Eggleston) Han pisado mis pies la arena temblorosa un pájaro brillaba con pálidos sonidos qué extraordinario andar el del silencio oculto  así, como si nada, enhebrando colores. Ese verde sabor, la tibia sombra esa falsa verdad, la sombra inquieta la blanca oscuridad, el temible desierto,  hallan mis pies desnudos un vano intento. Volando tras de ti y tú esquivándome  fiera verdad, lluvia desconsolada,  inmenso llanto, nostalgia prevenida,  pisan mis pies el árido camino.  

Poesía en tres palabras

(Foto de Annie Leibovitz) Agua, tierra, fuego Agua Qué dulce te recuerdo en las sombras del agua Mi mano temblorosa prisionera en tu cielo Llueven gotas de besos prendidos en el aire Relámpagos nocturnos de presencia lejana. Qué mirada la tuya asomada a mis ojos Qué dulzura final escondida en tu beso Me retorna a los labios el sabor de tu boca Se estremece mi cuerpo de encendida nostalgia Qué tristeza perderte al final de la tarde Alejarme sin vida del hueco de tu cuerpo Me duermo en tu recuerdo cada noche que vivo Y despierto pensando en sentirte hasta el fondo. Tierra Quiero romperme en ti como una llama Descansar en tus manos mi escondido cansancio Desenterrar mi cuerpo de las sombras Vivir la primavera entre tus labios.     No me basta con ser Quiero sentirme dentro. Abrirme entre tu boca Desatar de mis ojos la niebla que me cubre.   Quiero volar al ritmo de tu pas

Paréntesis de agua

(Foto: Chema Madoz) Hoy he cerrado todas las puertas He apagado las luces al salir He borrado su nombre del teléfono He roto puentes y zanjado esperanzas He arrojado con ira su pequeño afecto Un simple, diminuto, insignificante afecto En un contenedor lleno de suciedades Para que nada suyo se mezcle con la vida. Al fin, si no te aman como tú deseas Llamarse amor no puede, es solo frustración Una mentira que cuentas por si cuela Una estupidez que se repite en sueños. He terminado una larga aventura En la que quise hallar perdido un paraíso Una forma del agua que llevara mi eco Que estuviera cuajada de abrazos sin medida. Pero al fin, si los cuerpos no se reconocen Si no hay piel o si la piel no tiembla Ya nada puedo hacer que no sea arrepentirme Acunar el vacío, pero este es yermo y terco. De nada sirve que el calor te corrompa Que la huella del sol nos amanezca Tal vez tenga que convertirme en aire En surco de levante, en brisa de poniente. No he vuelto l

Aire que casi vuela

En la medida exacta de las cosas Estas tú Y quererte es la prueba de la armonía del mundo. Enlazo sentimientos, Ato los hilos de la emoción temprana. Escribo que te espero. Espero que me ames... Si subo un escalón, te encuentro arriba Con el olor del sol y de las rosas Con el color del aire que cerca el horizonte Con la verdad de ser, de ver en ti la vida. (Fotografías de Richard Avedon, 1923-2004) 

Para escribir la vida

  A orillas de las noches inciertas, cuando se olvidan los deseos, y los nombres pierden sus sílabas y las consonantes suenan a hueco, he llegado a amarte tanto, que tu silencio ha sido una respuesta.   En las noches que tienen el sabor de la duda, cuando algo te aleja y te acerca a las cosas, quise estar contigo aun sin conocerte, hasta que la aurora deslice su mano.  Y en los días que se levantan con el cielo gris con nubes azuladas y relámpagos dorados esos días que parecen desprenderse del tiempo, sé que si tú estuvieras hallaría un sol presentido un sol de rayos triangulares y enigmáticos un sol único para escribir la vida.  (Fotografías de Robert Doisneau)

El tiempo que viviste

  Soñé que te olvidaba Que tu voz no sonaba en mis oídos Que no recordaba la curva de tu cuello Que tus manos habían perdido su olor y su tacto Que tu aroma entero se desvanecía Que tu presencia se hacía transparente Que no notaba la fuerza de tu abrazo  Soñé todo eso y decidí buscarte Para que el olvido no haga su cruel trabajo Traerte de nuevo al mundo de la luz Apartarte de la sombra que esparce el tiempo en la memoria Así que tengo que rememorar tu figura El tiempo que viviste y el tiempo en que vivimos Todas las horas o al menos las más bellas Las que escribimos sin saber que éramos felices Así que tengo que calibrar bien mis sentimientos No puedo llorar y que la vista se nuble No puedo hacer nada que me aparte de tu recuerdo fiel Salvo recordarte y asegurarte así la gloria (Foto: Nina Leen)