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"La torre vigía" de Elizabeth Harrower

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  ¿Quién no ha tropezado alguna vez con gente manipuladora, lo que hoy llamamos "tóxica"? Sería raro encontrar a alguien que no haya tenido una mala experiencia. En la mayoría de los casos, los dependientes emocionales de los tóxicos son personas con una inmadurez emocional manifiesta, gente "no querida". Para que los tóxicos (normalmente narcisistas perversos) puedan manejar a su antojo a la gente, esta debe ser de una naturaleza especial. Necesitar la aprobación de otros, el cariño de otros, el amparo, la comprensión. Eso es lo que les pasa a estas dos chicas Laura y Clare. Ambas se han criado prácticamente solas, porque su padre murió y su madre nunca las atendió, incluso llegó a irse de Sidney (Australia) durante la segunda guerra mundial, para vivir con su adorado hermano Edward en Inglaterra. Las chicas se quedaron solas, o peor aún, a cargo del flamante esposo de Laura, veinte años mayor, una especie de empresario sui generis. La pequeña, Clare, será la sombr

Siete libros para cruzar la primavera

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  He aquí una muestra de siete libros, siete, que pueden convertir cualquier primavera en un paraíso de letra impresa. Siete editoriales independientes de las que a mí me gustan, buenos traductores, editores con un ojo estupendo.  Aquí están Siruela, Impedimenta, Libros del Asteroide, Hermida, Hoja de Lata, Errata Naturae, Periférica. Siete editoriales en las que he encontrado muchos libros bonitos, muchas buenas lecturas. En Errata Naturae los de Edna O'Brien con su traductora Regina López Muñoz, que está también por aquí. De Impedimenta mi querida Stella Gibbons y mi querida Penelope Fitzgerald entre otras escritoras que eran desconocidas para mí. Ah, y Edith Wharton, eterna. Los Asteroides traen a Seicho Matsumoto y eso ya me hace estar en deuda con ellos. Y los clásicos en Hermida. Y Josephine Tey completa en Hoja de Lata. Y Walter Benjamin en Periférica. Siruela es la editorial de las grandes sorpresas. 

Mavis Gallant: de nada ni de nadie

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     Mi último descubrimiento se llama Mavis Gallant . De vez en cuando me encuentro con un autor que me deslumbra, que me pregunta y responde, que me interesa. En este caso la publicación de la primera novela que escribió (de solo dos) en castellano, "Agua verde, cielo verde" (Impedimenta, mayo de 2018, con traducción de Miguel Ros González), ha sido el detonante. A partir de ahí he buceado en su obra y hallado una magnífica edición de sus historias cortas, "Los cuentos" , que Lumen editó en 2009 traducidos por Sergio Lledó. Desde la literatura se llega a la vida y al revés. La existencia de Mavis Gallant (1922-2014) es tan esclarecedora como sus historias , la forma en la que ella denominaba al numerosísimo arsenal de cuentos que escribió, cien de ellos en   The New Yorker.       Su triste infancia es el primer escalón de una vida llena de desarraigo e inseguridades. Nació en Montreal aunque su madre era estadounidense y su padre británico. Él murió

"Una vida aceptable" de Mavis Gallant

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  Mavis Gallant solo escribió dos novelas y un montón de cuentos. Su vida fue extremadamente difícil. Tuvo mala suerte. Pero vivió una vida larga y tuvo vivencias interesantes. Su legado literario merece ser conocido. La editorial Impedimenta publicó la otra novela suya titulada Agua verde, cielo verde , que escribió en 1959. Una vida aceptable es de 1970. Y luego están sus cuentos , que fue publicando sobre todo en The New Yorker y que están publicados en un volumen completo por la editorial Lumen en el año 2009. Otra editorial Eterna Cadencia  ha publicado en 2020 algunos cuentos, seleccionados por Inés Garland, en un libro titulado Los cuentos de Linnet Muir. Esto es todo lo que tenemos de Mavis Gallant en lengua española.  Mavis nació en Montreal en el año 1922 con el nombre de Mavis Leslie de Trafford Young. El apellido Gallant lo tomó de su marido, con el que estuvo casada muy poco tiempo. Su infancia fue muy triste, pues tras la muerte de su padre cuando ella tenía diez añ

Iris Murdoch bajo la red

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En sus fotos de juventud Iris Murdoch permanece seria, con una mirada distante, pensando en sus cosas, alejada del espectador, reconcentrada en sí misma. Solamente en las imágenes de los últimos años de su vida podemos verla esbozando sonrisas, siempre al lado del hombre con el compartió cuarenta y tres años, el profesor y escritor John Bayley (1925) que la cuidó cuando el Alzheimer empezó a rondarla unos cuatro años antes de morir. Son enternecedoras esas imágenes del matrimonio, en su casa o al aire libre, siempre juntos y siempre en la misma latitud. Lo que ya no me resulta tan agradable es ver la utilización que hace el cine de los libros que su marido escribió tras la muerte de la escritora y en los que relataba la vida de un cuidador de un enfermo de Alzheimer. Es triste e injusto que se hable de Murdoch más como una enferma que de una escritora. Pero estos son los efectos de vivir a base de titulares y de llamativas puntualizaciones, nada literarias.  Ella, Jean Iris Mu

"El libro y la hermandad" de Iris Murdoch

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Hay un momento al principio del libro en el que Lily Boyne y Rose Curtland se tropiezan en medio del jolgorio bullicioso y casi aristocrático de una fiesta de antiguos alumnos en Oxford.  Las fiestas de antiguos alumnos tienen todas el mismo aire de nostálgica pesadumbre pero, en esta ocasión, también goza de un sí es no elitista, cuajado de promesas incumplidas, de brillantez venida a menos y de conflictos sin resolver.  Lily y Rose no son amigas ni lo han sido nunca y por eso no se conocen lo suficiente como para saber, en realidad, lo que piensa la una de la otra y viceversa. Así que, lógicamente, malpiensan. Aventuran adjetivos que no existen y manejan conceptos que no son exactos.  Este fragmento en el que se describe cómo se conocieron, cuánto se conocían y qué opinan y qué no opinan Lily de Rose y Rose de Lily, es de una genialidad que, por sí solo, bastaría para justificar el nombre de Iris Murdoch como escritora. No es la suya esa típica mirada, que se con

"Papá se ha ido de caza" de Penelope Mortimer

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Este es el segundo libro que la editorial Impedimenta publica de los escritos por Penelope Mortimer (1918-1999). La vida de esta autora es tan interesante como sus propios libros. Es más, podríamos decir que en esa vida encontró el principal vivero de temas de su literatura. Esos temas se resumen en las relaciones entre parejas y todo lo que circula alrededor. Hay una visión pesimista que es un reflejo de lo que Mortimer había vivido. Ese desánimo bien podía venir, incluso, de su infancia, con un padre escasamente protector, más bien todo lo contrario.  Penelope Mortimer publicó su primera novela con el nombre de Penelope Dimont porque ese era el apellido de su primer marido, Charles Dimont, corresponsal de la agencia Reuters. Ella había nacido en un pueblecito de Gales en 1918 y durante los años que van desde 1937 hasta 1949 estuvo casada con Dimont con el que tuvo dos hijas. Luego conoció a John Mortimer, del que tomó su apellido y con el que tuvo un hijo y una hija. Entre

"Territorio de luz" de Yuko Tsushima

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  Más de cuarenta años después de su publicación original, la editorial Impedimenta saca a la luz, para los lectores en español, esta novela de Yuko Tsushima, "Territorio de luz". La historia de una separación matrimonial y lo que ello trae consigo. Un argumento sencillo pero que esconde los vaivenes de las vidas cuando estas cambian y se convierten en algo no deseado. El abandono y el desamor rompe los lazos que te atan, no solo a la otra persona, sino a los ritos y las ceremonias que habéis construido juntos. Entonces tienes que aprender a terminar y aprender a construir. De todo ello trata el libro, cuyo título tiene que ver con una cuestión física y sencilla: la luz que entra por los ventanales de la casa de la protagonista y que es su mayor conexión con la vida de fuera. La forma en la que puede recordar que no todo se ha terminado para ella. Una ingeniosa manera de dibujar la esperanza.  La novela está llena de símbolos. La estación invernal es el tiempo en que las cosa

"El grupo" de Mary McCarthy

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  Mary McCarthy (Seattle, 1912-Nueva York, 1989) es una escritora recientemente recuperada para los lectores en español. Su propia vida está en el origen de la trama de este libro. Ella, hija de irlandeses, estudió en el elitista Vassar College de Nueva York, promoción de 1933, como hacen las chicas de la novela. También, como una de ellas, se casó el mismo año con un actor llamado Harald Johnsvd. Su existencia fue muy movida y tuvo contacto y relaciones con muchos intelectuales de la época. Se casó cuatro veces. Escribió varios libros y numerosos artículos en diversos periódicos y revistas.  La novela se ambienta en el momento histórico de la Gran Depresión, años treinta, aunque fue escrita en los sesenta. Comienza con la boda de una de las chicas, Kay, en 1933, y termina con su muerte, en 1940, habiendo estallado ya la Segunda Guerra Mundial. Estuvo prohibido en Australia por los temas tan escabrosos para la época que trataba: sexo, paternidad, anticonceptiva. El retrato de la vid

"Bassett" de Stella Gibbons

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Stella Gibbons (1902-1989) , en la imagen, es una escritora imprescindible. Lo que no deja de resultar paradójico si tenemos en cuenta la fecha tan reciente de sus traducciones al castellano. Los cinco libros que he leído de ella han sido publicados en España por la editorial Impedimenta , responsable de la recuperación para los lectores españoles de una buena cantidad de escritores casi desconocidos, la mayoría de ellos en la franja de los siglos XIX y XX. En el caso de Stella Gibbons su vida es casi tan entretenida y original como las historias que cuenta. Nació en la ciudad de Londres y su familia tenía, en sí misma, elementos suficientes de inspiración como para escribir varios libros.  Excéntricos y complicados. Ella misma se puso a estudiar periodismo, algo no habitual en las jóvenes de la época, y se quedó huérfana muy joven, pues ambos progenitores murieron en 1926. En las fotografías que se conservan de ella tiene ese aire tan inglés, de persona discreta y elegante, que

"El fantasma y la señora Muir" de R. A. Dick

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  Estoy segura de que mucha gente que no ha leído el libro sí ha visto la película. Fue un éxito verdaderamente arrollador, por su historia tan tierna y por los intérpretes, algunos de los más famosos del momento. Rodada en 1947, tan solo dos años después de la publicación del libro, fue dirigida por el gran director Joseph L. Mankiewicz para Twentieth Century Fox, con guion de Philip Dunne y un reparto extraordinario: Gene Tierney, Rex Harrison, George Sanders y Natalie Wood.  La historia que cuenta es, a la vez, sencilla y original: La protagonista es Lucy Muir, una joven viuda, una persona tranquila y afable, sin demasiada suerte. Cuando su marido muere y teniendo en cuenta que le deja numerosas deudas, decide mudarse a Gull Cottage, una casita ubicada en un pintoresco pueblo costero inglés llamado Whitecliff. La gente de por allí dice que esa casa está embrujada y que mora por ella el espíritu del capitán Daniel Gregg, antiguo dueño, que es a la vez un tipo atractivo y de carácter

"Una chica es una cosa a medio hacer" de Eimear McBride

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  Extrañísimo experimento literario que suscita opiniones encontradas. Hay quien pasa por encima de su estilo y se detiene en la trama, en la historia que surge del fondo, esos niños problemáticos, abandonados por su padre, con una madre extremadamente religiosa, con un trasfondo de situaciones muy difíciles. También puedes verlo desde el punto de vista del aprendizaje de la vida, de la iniciación al mundo adulto, de la búsqueda de algún sentido. No lo hallarás porque, precisamente, la chica de la que se cuenta la historia no logra hacerse del todo.  Hay cosas interesantes en este libro. Por ejemplo, el retrato de Irlanda, heredero del que hace Edna O'Brien con conocimiento de causa, aunque con un elemento formal mucho más diáfano y estructurado. Quizá la escritora del libro quiso llamar la atención con esta fórmula extraña en la que las cosas mal escritas se van medio arreglando conforma las experiencias y el tiempo se suceden. Sin embargo, si fue así, no le salió bien la jugada:

"La vida sin maquillaje" de Marisé Conde

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"La vida sin maquillaje" es el relato autobiográfico de la juventud de la autora. En ese recorrido vital hay sitio para Europa y para Africa, en un salto mortal que pone de manifiesto las diferencias y semejanzas entre unos lugares y otros. Se trata de una novela de aprendizaje y crecimiento, en la que las dificultades se ven compensadas con la voluntad de ser y de sobrevivir de la protagonista. Los avatares de su existencia, desde los años de París hasta su recorrido por diversos países de África, la ponen en contacto con tipos humanos que le aportan cosas diferentes y con los que ella establece la normal interacción de la juventud y la búsqueda de la identidad. Maternidad, orfandad, amor, desamor, ideologías, deseos inquietudes, todo ello se plasma en esta autobiografía novelada.  Son los años sesenta del siglo XX, años que marcaron la evolución en el pensamiento de mucha juventud que luego tendría que reflexionar acerca de las verdades y las imposturas de la época

"Fruitlands" de Louisa May Alcott

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Siempre pensé que detrás del tono edulcorado y cursi de "Mujercitas" había algo que se escapaba a mi comprensión inmediata. Sobre porque me resultaba tan pesada toda esa maraña de hermanas que terminaban mal o regular que tenía la impresión de que en la cabeza de la autora pululaba un pensamiento difícil de asimilar por mí. Y era cierto. Ahora lo sé. La publicación de este "Fruitlands" que ha realizado recientemente la editorial Impedimenta , abunda en la infancia de Louisa May Alcott y en la filosofía trascendentalista, que es la que inspira tanto este libro como la propia infancia de la familia Alcott. Esa idea ingenua de que la pobreza digna da la felicidad y de que alejarse de lo mundano garantiza la paz interior, ronda todo el tiempo por las novelas de esta escritora, al menos las que firmó con su nombre, porque luego están las de su heterónima A. M. Barnard y eso es harina de otro costal. Lo que me faltaba en "Mujercitas" era el sentido