"La torre vigía" de Elizabeth Harrower
¿Quién no ha tropezado alguna vez con gente manipuladora, lo que hoy llamamos "tóxica"? Sería raro encontrar a alguien que no haya tenido una mala experiencia. En la mayoría de los casos, los dependientes emocionales de los tóxicos son personas con una inmadurez emocional manifiesta, gente "no querida". Para que los tóxicos (normalmente narcisistas perversos) puedan manejar a su antojo a la gente, esta debe ser de una naturaleza especial. Necesitar la aprobación de otros, el cariño de otros, el amparo, la comprensión. Eso es lo que les pasa a estas dos chicas Laura y Clare. Ambas se han criado prácticamente solas, porque su padre murió y su madre nunca las atendió, incluso llegó a irse de Sidney (Australia) durante la segunda guerra mundial, para vivir con su adorado hermano Edward en Inglaterra. Las chicas se quedaron solas, o peor aún, a cargo del flamante esposo de Laura, veinte años mayor, una especie de empresario sui generis. La pequeña, Clare, será la sombr