Portada de LIFE con los protagonistas de Esplendor en la hierba: Natalie Wood y Warren Beatty Fueron tres veranos y dos cursos. Yo estaba en el instituto y él en la universidad. Estudiaba fuera, así que solo podíamos vernos en vacaciones. Cumplí los catorce, los quince y los dieciséis. Él tenía cinco años más. Era muy inteligente. Y feo. El primer amor que así llamarse puede. No tenía nada que ver con los chavales de su edad. Su personalidad estaba por encima de todos, era una especie de jefe y así todo el mundo lo aceptaba. Sabía más, entendía más, leía más. Poseía un sentido del humor único, que no todo el mundo era capaz de comprender. Yo sí. Porque era mucho más lista que las muchachas del club y eso que todas eran mayores. Por eso, seguramente, se enamoró de mí y siguió enamorado toda su vida, hasta hace unos meses en que murió. Es una clase de amor que no borra la distancia, que no necesita siquiera frecuentarse, que pasa por encima de matrimonios y de hijos. Lo entendí cuando,
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