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Mostrando las entradas etiquetadas como Adam Buck

Un pintor del Regency Style

  Adam Buck. Nacido en Cork, Irlanda, en 1759, su pintura se inscribe totalmente en el Regency Style. Hizo miniaturas, dibujos, grabados y acuarelas, todas con un estilo neoclásico, gran belleza y serenidad. Retrató tanto al rey Jorge IV como al príncipe Federico de York y su famosa amante, Mary Anne Clarke. Las mujeres de sus obras llevan túnicas de inspiración griega, representando el estilo Imperio que había llevado a la moda Josephine Bonaparte y que tanto éxito tuvo en Francia y en el Reino Unido. Murió en Londres, en 1833. En sus obras podemos apreciar con claridad la forma en que se vestían las mujeres de este tiempo, con líneas sencillas, trajes sin cortar en la cintura, manga corta y de farol, así como la forma en la que el pelo se recogía con los rizos en la frente. Así vestían las mujeres en tiempos de Jane Austen. 

Lady Catherine recibe en Rosings Park

 La escasa presencia de aristócratas en las novelas de Jane Austen tiene su explicación en que ella dirigió su mirada y su observación a su propia clase social, la gentry, la clase media territorial de terratenientes. De modo que ni los criados, ni los aristócratas, abajo y arriba de la suya, tienen papeles protagonistas en su obra. Sin embargo, a veces y como contrapunto necesario en el argumento surge un aristócrata.  Es el caso especialísimo de lady Catherine de Bourgh en “Orgullo y prejuicio”. Lady Catherine vive en Rosings Park, una imponente casa junto a Hunsford, donde está la rectoría del señor Collins y su esposa Charlotte Lucas, casi recién casados después de que Elizabeth rechazara su petición de matrimonio. Charlotte es una gran amiga de la muchacha y todavía ella no alcanza a entender cómo accedió a casarse con Collins, un tipo ridículo a más no poder, que alardea todo el tiempo de las atenciones que le dispensa Lady Catherine, patrona de su beneficio eclesiástico. De mo

La historia de Manydown

  El 31 de diciembre de 1797, día de la boda entre la prima Eliza y Henry Austen, ya solo quedaban solteras en la familia Cassandra y Jane. George tampoco se casaría nunca, pero no contaba debido a su enfermedad. Ellas tenían en ese momento veinticuatro y veintidós años respectivamente. Dado que a los diecisiete las chicas ya estaban en edad de casarse, puede decirse que el reloj avanzaba peligrosamente para ellas. Esto indicaba que los padres tenían que seguir proveyendo sus gastos, lo que puede considerarse como una carga a esas alturas. Cassandra disponía de recursos propios, con la renta anual que le proporcionaban las mil libras que le dejó su prometido Tom Fowles, muerto en alta mar por unas fiebres cuando navegaba como capellán con la Royal Navy. Pero Jane no tenía ingreso alguno. La vida en Steventon, muy bien organizada y sin escasez, suponía una serie de gastos a los que se añadían los personales de cada una de las hermanas (ropa o viajes por ejemplo). Y el señor Austen estab