Solo quería hablar de amor
Abrazaría a Gabriel Byrne sin conocerlo. Si me cruzara con él por la calle, en un acto social, en una librería, en la alfombra roja. Así que entiendo a Emmanuelle Devos, que, después de encontrarlo en un tren, decide buscarlo en París, la ciudad a la que los dos se dirigen, uno a un funeral de una amiga y ella a una oferta de trabajo. Lo busca y lo hace con la naturalidad de quien no puede hacer otra cosa. Cuántas veces nos ocurre eso mismo: hacemos lo único que podemos hacer. O mejor, lo único que no podemos dejar de hacer. En el tren ha habido un cruce escaso de palabras y muchas miradas. Es la mirada la que define el estado de ánimo de los dos. Esplendorosa Devos, atractivo Byrne. Ella es una actriz prodigiosa que hace de actriz. Tiene una forma de abordar el personaje que lo llena de verosimilitud. Todos creemos que, en verdad, ella se ha enamorado de pronto de un hombre al que ha visto en un tren. La película va afirmando el sentimiento hasta el punto que entendemos c