(Fotografía de Nina Leen) Quizá tu verano esté poblado del tacto áspero de la buganvilla, de ese polvillo abrasador que sueltan sus hojas y del aire dorado que resulta, sin embargo, del violeta, del fucsia de su aspecto. Si es así, habrás probado la sensación única de sentarte en cualquier sitio incómodo, el suelo, una escalera, una butaca de pequeño tamaño, el alféizar de una ventana, un rincón de tu cuarto, y abrir un libro cuajado de esperanza. La lectura es un acto tranquilo y tiene el aire sosegado de un romance que un trovador cantara y lanzara hasta el aire esperando que su eco resuene más allá del silencio. Las páginas se posan y las manos discurren para encontrar la huella exacta que en ti quedará después de haberlo leído. En las noches, cuando el calor comience a disparar su flecha y no se apague. En los amaneceres. Junto al mar. En el sordo paraíso febril de la ciudad. En cualquier parte. Aquí tienes seis libros para leer este verano que, ahora sí, avanza si
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