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Mostrando entradas de mayo, 2021

"Oficina de proyecciones luminosas" de Matteo Terzaghi

  Textos en prosa que ahondan en la relación entre lo que vemos e imaginamos, a partir de una fotografía. Objetos que no tienen que ver, en apariencia, unos con los otros; extraños cacharros de uso doméstico; artefactos diferentes; incluso fantasmas, personajes conocidos o curiosidades. Todo ello, en una sucesión ordenada pero con cierto caos interno que hay que dilucidad. Hay aquí filosofía, reflexiones, historias, comentarios visuales, poesía...Este libro obtuvo el Premio Suizo de Literatura. Es un libro destinado a un público minoritario pero que tiene su público. Cada vez más se acentúa la interpelación entre distintos lenguajes, entre lo icónico y lo verbal, la ficción y la no ficción, entre unas artes y otras. Aquí hay una miscelánea con sentido, que no es lo mismo que una superposición, sino todo lo contrario.  Matteo Terzaghi, nació en la zona italiana de Suiza en 1970 y estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Ginebra. Trabaja ahora mismo en una editorial. Ha realizado

Romero de Torres en la Copa Pavón

  (Julio Romero de Torres: Retrato de la Niña de los Peines, 1901-1902. Centro de Arte Reina Sofía) En 1925 los concursos tenían una gran aceptación entre los públicos del flamenco. Era una época esplendorosa para este arte, que se presentaba en muchas modalidades. La empresa del Teatro Pavón de Madrid convocó un concurso de cante jondo para decidir la que llamarían "Copa Pavón" y que tuvo lugar el 24 de agosto de ese año. Dado el relieve que se le pretendía dar al acto, se conformó un jurado con tres autoridades: Julio Romero de Torres (1874-1930), el afamado pintor cordobés; José María de Granada, escritor y autor de obras que se representaban en aquel tiempo, así como el Papa del cante, el jerezano Don Antonio Chacón. Para darnos idea de la importancia del certamen hay que señalar que la entrada al mismo costaba el doble que un espectáculo normal, es decir, cinco pesetas. Allí se presentaron un importante número de artistas: Manuel Escacena, Angelillo, Manuel Vallejo, Niñ

Era de oro su voz

  Como ocurre con todos los artistas malditos, Manuel Vallejo arrastra mucho olvido y algunas adhesiones inquebrantables. El malditismo es, en su caso, colectivo y no individual, y alcanza a todos aquellos que tuvieron la infeliz ocurrencia de llenar las plazas de toros y los teatros y de cantarlo todo. Esta amplitud de miras fue contestada a partir de mediados del siglo XX por los que preconizaban la oscuridad de lo básico y renegaban de las masas. Vallejo tuvo la desgracia de vivir y trabajar en un tiempo en el que el flamenco arrasaba y eso no se perdona fácilmente. Aunque hace ya algún tiempo que aquellos postulados reduccionistas se han caído estrepitosamente todavía falta la reivindicación y, sobre todo, el conocimiento, de toda esa troupe (el nombre encaja, sin duda) de artistas que permanecen a falta de alguna luz y, sobre todo, de alguna valoración más allá de lo que se escribió en tiempos más oscuros.  Este 2021 se cumplen 130 años de su nacimiento, aunque el aniversario va

Misteriosa Josephine Tey

  El de Josephine Tey es uno de esos nombres que a la mayoría no les suena. Incluso no hay demasiados lectores que lo conozcan. Como suele suceder, una tardía traducción de sus obras da lugar a que permanezca relegada en el anonimato. Pero cuando comienzan a salir esas traducciones entonces todo cambia. Si lees uno de sus libros, después te lanzas en tropel para buscar el resto. Y la conviertes en una de tus autoras preferidas, porque tiene ese algo indescifrable de la buena literatura. En este caso, es la editorial Hoja de Lata , con sus preciosas ediciones y portadas, con sus impecables traducciones (aquí a cargo de Pablo González-Nuevo ), la que está logrando que Josephine Tey sea una autora en vías de reconocimiento. No puedo dejar de pensar lo mismo cada vez que me encuentro un autor nuevo, una autora nueva más frecuentemente, porque, no sé el motivo, hay muchas más mujeres escondidas que hombres. Qué pena, qué pérdida hubiera sido no conocerla... Si tuviera que definir cómo son

"Un alma cándida" de Elizabeth Taylor

Elizabeth Taylor (1912-1975) cuenta aquí una historia en la que no ocurre nada. Un grupo de personas unidas por lazos diversos dejan transcurrir su vida, muestran sus caracteres y se relacionan entre sí. No hay otro hilo conductor en la novela aparte de eso mismo, el pasar de los días. La escritora se asoma, los observa y nos cuenta qué ocurre con ellos durante un período de tiempo, no demasiado, el que va de una boda hasta los primeros meses de un bebé.  Flora y Richard son el matrimonio ¿feliz?. Alice su hijita, tan parecida a su padre. Luego está Percy , el padre de Richard, y su nuevo amor, Ba. Y la madre de Flora, la señora Secretan , con esa inconfesable aversión hacia su criada, tan perfecta. Están Meg y Kit, dos hermanos sin suerte. Y el escritor, diletante y sufridor, Patrick . Y Liz , una pintora llena de aristas, dura, inteligente y descuidada. En la casa del lado, otro matrimonio, Elinor y Geoffrey , sobrevive a una de esas relaciones calladas y vacías en las

"Bassett" de Stella Gibbons

Stella Gibbons (1902-1989) , en la imagen, es una escritora imprescindible. Lo que no deja de resultar paradójico si tenemos en cuenta la fecha tan reciente de sus traducciones al castellano. Los cinco libros que he leído de ella han sido publicados en España por la editorial Impedimenta , responsable de la recuperación para los lectores españoles de una buena cantidad de escritores casi desconocidos, la mayoría de ellos en la franja de los siglos XIX y XX. En el caso de Stella Gibbons su vida es casi tan entretenida y original como las historias que cuenta. Nació en la ciudad de Londres y su familia tenía, en sí misma, elementos suficientes de inspiración como para escribir varios libros.  Excéntricos y complicados. Ella misma se puso a estudiar periodismo, algo no habitual en las jóvenes de la época, y se quedó huérfana muy joven, pues ambos progenitores murieron en 1926. En las fotografías que se conservan de ella tiene ese aire tan inglés, de persona discreta y elegante, que

"Primera persona" de Margarita García Robayo

Tengo una extraña relación con el mar. Para empezar, mi mar es un océano, una masa a la que no se le ve el fin y que surtió al mundo de aventuras y anécdotas. El mar-océano que conozco tiene tantos colores como horas el día y, así, ofrece siempre un perfil diferente. No es el mismo, no suena igual, no brilla de igual modo. Es el mar, la mar, toda la mar, el agua, todo.  En torno a esa masa de agua que costea, un enjambre de ciudades que se disputan el honor de tener playas o de tener salinas o de tener esteros. No todas coinciden en los hallazgos, las hay más favorecidas y otras más tristes. Todas las carreteras son istmos como si fueran gotas de cristal ensambladas a modo de penínsulas afines y en ellas puedes encontrar perseverancia y fe al mismo tiempo. Son incombustibles a la miseria, desafiantes al dolor y complacientes con la alegría. Sonríen sin tener motivo la mayoría de las veces.  Cuando era pequeña temía al mar. No me gustaba su bravura. Por eso mi calle era el sa

"Todas las crónicas" de Clarice Lispector

  Título original: Todas as crônicas Traducido del portugués por: Elena Losada y Teresa Matarranz Editorial: Siruela,  Colección: Biblioteca Clarice Lispector 15 Foto de cubierta: Pedro Henrique Prólogo de Marina Colasanti Colaboraciones de Pedro Karp Vasquez y Larissa Vaz Edición: 1ª, 2021 Páginas: 624 En este blog: Todos los cuentos La editorial Siruela lleva años publicando la obra de Clarice Lispector (Tchetchelnik, Ucrania, 1920-Rçio de Janeiro, Brasil, 1977). En esta ocasión se trata de las crónicas periodísticas escritas en diversos medios de comunicación, sobre todo en su medio de cabecera, el Jornal do Brasil , durante los años 1967 a 1973. Quien fue una escritora precoz que publicó en 1944, con veinticuatro años, su primera y celebrada novela Cerca del corazón salvaje, estuvo desde 1940 y durante muchísimos años, escribiendo artículos en prensa. Por eso esta colección de sus crónicas periodísticas que completa la biblioteca que le dedica Siruela.  En el prólogo, Marina Cola

"Valle inquietante" de Anna Wiener

  Silicon Valley es a la alta tecnología lo que Hollywood al cine: un icono, una representación. Anna Wiener (1987) estuvo trabajando en una de esas importantes empresas y narra aquí su experiencia. Este libro es, pues, una especie de memorias de un tiempo que pasó para ella pero que continúa vigente para el mundo, la industria y la vida de miles de personas. En realidad, de millones, porque lo que allí sucede nos afecta de algún modo.  El área sur de la bahía de San Francisco es el centro de alojamiento de muchísimas de las mayores corporaciones tecnológicas de todo el mundo y también de empresas en sus inicios, las start-ups, apoyadas todas ellas en el florecimiento de la tecnología, entendida esta como la última revolución económica y social de la historia. El libro que escribe Anna Wiener podría subtitularse: La cara oculta de Silicon Valley porque desentraña con su fluida narración muchos secretos no tan a voces de lo que aquello significa: la importancia de los datos, sus anál

Emma Woodhouse y los placeres de la juventud

  ¿En qué puede entretener sus días una chica de veintiún años de un pequeño pueblo del sur de Inglaterra, allá por los primeros años del siglo XIX? He aquí la pregunta que me propongo contestar en estos párrafos. Cómo transcurría el tiempo para Emma, de qué forma pasaban los días, qué actividades, qué tareas abordaba para que el paso de las horas no fuera excesivamente lento, para evitar eso que hoy es un mal y que conocemos como aburrimiento... Quizá nos cueste imaginarnos una vida sin teléfono móvil, sin ordenador, sin televisión, sin cines, sin ninguna de las miles de coartadas que nos ofrece el mundo de hoy. Pero, indudablemente, el ser humano, allá donde esté, y en el tiempo en que viva, busca siempre algo que endulce su existencia, algo que lo saque de la rutina, que lo eleve, que le traiga el disfrute y, todavía más, la felicidad. La ocupación eterna de los seres humanos, la que no tiene pérdida, ni se acaba nunca, es, desde luego, enamorarse. Y es una

Juego sucio

(Firth Avenue at Twilight. 1910. Lowell Birge Harrison. Instituto of the Arts. Detroit. USA) Tenía una memoria azul y transparente. De ordinario, podía guardar en ella sabores, olores y sonidos, pero no rostros, apenas nombres, casi nunca hechos. Solo sensaciones inexplicables o difíciles de clasificar. Una memoria de lo etéreo, de lo que sobrevuela, de lo que se escapa a lo inmediato. Una memoria de la intuición, de lo que permanece con el paso del tiempo porque es una pequeña semilla que anida y se cubre de otras.  Cuando entró en aquella forma de vida que no le pertenecía sintió miedo porque era algo que se escapaba de las manos. Todo el tiempo tuvo miedo. Esa era la palabra más suya. Miedo a hacer algo mal y a hacerlo bien. Miedo a perder nada y a perderse. Ese miedo que aparecía de madrugada y que se escribía con palabras que no reconocía como suyas. Alguien había hecho brotar un punto de vista que nunca antes encontró ni hablado ni escrito. Nada de eso me importa, so