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Mostrando las entradas etiquetadas como Mis amigas

Rocío

  Tiene la belleza veneciana de las mujeres de Eugene de Blaas y el aire cosmopolita de una chica de barrio. Cuando recorríamos las aulas de la universidad había siempre una chispa a punto de saltar que nos obligaba a reír y, a veces, también a llorar. Penas y alegrías suelen darse la mano en la juventud y las dos conocíamos su eco, su sabor, su sonido. Visitábamos las galerías de arte cuando había inauguración y canapés y conocíamos a los pintores por su estilo, como expertas en libros del laboratorio y como visitantes asiduas de una Roma desconocida. En esos años, todos los días parecían primavera y ella jugaba con el viento como una odalisca, como si no hubiera nada más que los juegos del amor que a las dos nos estaban cercando. La historia tenía significados que nadie más que nosotras conocía y también la poesía y la música. El flamenco era su santo y seña y fue el punto culminante de nuestro encuentro. Ella lo traía de familia y yo de vocación. Y ese aire no nos abandona desde ent

Ultramarinos

  (Ultramarinos Sopranis. Cádiz.  Tradicional tienda de alimentación y bar, con gran variedad de conservas, vinos y licores. ) Cuando era pequeña vivía enfrente de una tienda de ultramarinos. El dueño se llamaba Celestino y era montañés. Se marchó un día y la traspasó o la vendió a una familia de Conil que se hizo cargo de ella, con tan buena fortuna, que aún continúan su hijo y sus nietos con el negocio. El hombre se llamaba Andrés y era taciturno y poco hablador, ancho de cuerpo y con un aire recio, muy de campo. La esposa, Isabel, era una especialísima persona, que gustaba de vestir con colores alegres, como la reina de Inglaterra, y cuya tranquilidad y punto de vista original sobre las cosas a mí me llamaba la atención. Por último, tenían un hijo, Antoñito el de la tienda era su nombre y apodo, muy trabajador, guapo, activo y gracioso, que imitaba a José Luis López Vázquez y era capaz de cautivar a todas las clientas con sus dichos y comentarios.  La tienda era un placer para la vi

Libros para una Navidad lectora

(Nick Knight, campaña publicitaria) Veo en mi imaginación la imagen serena de mi amiga del alma Paqui Luna, allá en mi ciudad marítima junto al Atlántico, sentada tranquilamente en su butaca junto a la ventana y tomando una tacita de té mientras lee. En esa misma ciudad mi hermana Carmelita se mete de lleno en una novela de misterio, quizá, o de amores. También percibo a una de mis hermanas, Manoli, en el porche de su casa de campo, rodeada de niños y de flores, pasando la hora indecisa del crepúsculo con un libro en las manos. Allá en una ciudad del extrarradio de Madrid otra de mis hermanas, Mili, busca todos los momentos posibles para leer un bonito libro y, quién lo sabe, escribir una bonita historia ella misma. Y, quién sabe si mis amigas Lucy Cepero y Loli Carrasco no están también en este momento buscando un libro para leer estos días. En mi ciudad natal, preciosa como siempre, mi sobrina Alicia Violeta tiene un libro en las manos y quizá es uno de estos... Por ellas, estos libr