La editorial Lumen publicó este 2016 el libro en el que se basa esta película. “The Dressmaker”, “La modista”, escrito por Rosalie Ham. Una historia “femenina” que tiene el atractivo adicional de lo que se podría llamar el efecto “Cámbiame”, es decir, la conversión del aspecto físico de una persona a través de una ropa elegante y glamourosa. Hay algo de mágico en el hecho de que alguien posea la habilidad de cambiar la mentalidad, al menos superficialmente, de una comunidad, a través de un elemento material. Por eso esta película me ha recordado al “Chocolat” de Juliete Binoche. La afición al dulce y a los placeres de la gastronomía como elemento subversivo contra una sociedad conservadora al máximo que ha arrumbado los sentimientos y que oculta los hechos del pasado. Aquí, el argumento que exhibe Tilly, la joven moderna, educada en Europa, que regresa a Dungatar, una pueblo de la Australia más profunda, es la ropa. Su habilidad para diseñar, cortar, coser, fruncir y rematar, es su
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