Que Glenn Ford no ganara nunca un Oscar es una señal evidente de lo que son los premios. Dependen de tantas cosas y de tantas circunstancias que son fiables a medias. Hay por lo menos tres películas por las que Ford merecía un Oscar (y no cuento entre ellas a Gilda ): Los sobornados , de Fritz Lang , en 1953; Deseos humanos , del mismo director y un año después; Chantaje contra una mujer , de Blake Edwards , 1962. Las tres se pueden encuadrar en lo que llamamos "cine negro" y lo mismo le ocurre a Gilda . En realidad, en esta famosísima película, el papel de Ford es mucho más interesante que el de ella, pero la fama tiene esas cosas. Los sobornados , es una de las mejores películas negras que se han rodado nunca. Su violencia expresada y elíptica la convierte en un film oscuro, en una muestra de la maldad humana y de cómo las personas llegan a ser capaces de lo peor. Por su parte, en Deseos humanos (donde vuelve a encontrarse con la gran Gloria Grahame , quizá su pareja ci
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