Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Ellen Glasgow

Ellen Glasgow, de Virginia

Hace más de diez años que empecé a descubrir escritores que no había leído antes. Me aparté de los circuitos normales de la lectura, di un salto y empecé a buscar y a encontrar, por mi cuenta y sin otra guía que la intuición lectora, a gente que era de otra forma. Lejos de los premiados anuales, lejos de las recomendaciones de críticos, lejos de la puerta de las librerías en las que se colocan las novedades patrocinadas, allá en la trastienda y rebuscando mucho, encuentras las joyas que, desde entonces, han formado mi nueva biblioteca, la más genuina y personal. La primera de esas escritoras fue Ellen Glasgow a quien descubrí en las navidades de 2008, recién salido su único libro traducido al castellano, "La vida resguardada".  Hay muy pocos datos sobre ella y el resto de sus novelas permanecen sin traducir, lo mismo que su autobiografía que califican de espléndida aquellos que escriben de sus obras en otras latitudes. En Estados Unidos Glasgow es una autora de culto,

"La vida resguardada" de Ellen Glasgow

Tengo un amigo al que le gusta despegar con las uñas las etiquetas adhesivas de los objetos, esas en las que viene el precio y el código de barras. Encuentra un raro placer en levantarlas por una de las esquinas y hacer que, enteras, se separen definitivamente. Yo acabo de quitarle la etiqueta  de la contraportada a este libro, a pesar de que no es una compra reciente sino del año 2008. Concretamente y como reza en la primera página, lo compré el día 22 de diciembre de ese año en la Casa del Libro de Madrid. Recuerdo bien ese viaje. Habíamos llegado en el AVE y parábamos en un hotel de esos con encanto en la calle Serrano. La calle estaba en obras, ahora lo pienso. El barrio de Salamanca era, para mí, el oasis del bienestar. Sus tiendas de marca, su ambiente, sus restaurantes. El clima era excepcionalmente bueno para tratarse de la Navidad. Y nosotros estábamos muy felices porque allí todo presagiaba momentos llenos de entretenimiento y de diversión. Y así fueron sin duda.  El

El arte de lo cotidiano

Desde hace algún tiempo tengo en “ellas” mis principales referencias. Mujeres que escriben , podría titularse, por eso, esta entrada. Literatura escrita por mujeres pero no “literatura de mujeres” aunque hay quien se empeñe en calificarla así y aún de convertirla en algo secundario.  Coincidencia o convicción, encuentro en algunas autoras mi espacio literario más sentido, el sitio en el que puedo volcar mis ideas, mis pensamientos y mis emociones, sin temor a que resulten vanas, absurdas, inútiles. Creo que ellas han entendido la dialéctica que entablo cada día con mi propio corazón, ese juego dulce y fructífero en ocasiones y, otras veces, duro y casi inhumano. Sentirse, ser, estar con una misma. Las emociones, ese terreno árido que no conocemos, que nos pueden llevar al precipicio o a la gloria. La vida cotidiana, en contrapunto. Como si fueran dos paraísos distintos y distantes, imposibles de unirse en algún momento.  Yo sé que no es así. Sé que la vida transcurre co