Poesía en tres palabras
Agua,
tierra, fuego
Agua
Qué dulce te recuerdo en las sombras
del agua
Mi mano temblorosa prisionera en tu
cielo
Llueven gotas de besos prendidos en el
aire
Relámpagos nocturnos de presencia
lejana.
Qué mirada la tuya asomada a mis ojos
Qué dulzura final escondida en tu beso
Me retorna a los labios el sabor de tu
boca
Se estremece mi cuerpo de encendida
nostalgia
Qué tristeza perderte al final de la
tarde
Alejarme sin vida del hueco de tu
cuerpo
Me duermo en tu recuerdo cada noche
que vivo
Y despierto pensando en sentirte hasta
el fondo.
Tierra
Quiero romperme en ti como una llama
Descansar en tus manos mi escondido
cansancio
Desenterrar mi cuerpo de las sombras
Vivir la primavera entre tus labios.
No me basta con ser
Quiero sentirme dentro.
Abrirme entre tu boca
Desatar de mis ojos la niebla que me
cubre.
Escribirte conmigo en las estrellas.
Se me marcha la vida con tu ausencia
En todo se refleja tu mirada.
Todo se me derrama en un caudal de
llantos.
Quiero romperme en ti como la brisa
Anidar en tus ojos por completo.
Quiero sentirme cerca y en lo hondo
Vestida con el fuego de tus manos
Fuego
Mis ojos están muertos. Te esperaban
Y se han quedado solos con el miedo
Con el temblor de sentirte lejano
Vacíos ya de miradas y sueños.
Mis ojos se estremecen, sienten
escalofríos
Espejos de agua negra los cubren por
entero
Se ha borrado de ellos el fuego de la
aurora
Los llenan soledades de perdida
ternura.
Mis ojos se terminan, se ahogan en el
silencio
Elevan la pupila al odio más oculto
Un ardor de pasiones los consume sin
fuerzas
Acabada la noche que no quiso traerte.
Mis ojos no son ojos, son dos flores
desnudas,
Dos vientos sin destino, dos lunas sin
destellos.
Mis ojos, caudal enamorado
De mi cuerpo desierto.
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