Para escribir la vida
A orillas de las noches inciertas,
cuando se olvidan los deseos,
y los nombres pierden sus sílabas
y las consonantes suenan a hueco,
he llegado a amarte tanto,
que tu silencio ha sido una respuesta.
En las noches que tienen el sabor de la duda,
cuando algo te aleja y te acerca a las cosas,
quise estar contigo aun sin conocerte,
hasta que la aurora deslice su mano.
Y en los días que se levantan con el cielo gris
con nubes azuladas y relámpagos dorados
esos días que parecen desprenderse del tiempo,
sé que si tú estuvieras hallaría un sol presentido
un sol de rayos triangulares y enigmáticos
un sol único para escribir la vida.
(Fotografías de Robert Doisneau)
Comentarios