Extrañeza de perfil
Louise Dahl-Wolfe coloca a sus mujeres de perfil, a veces les cubre el rostro y en otras ocasiones aparecen con los ojos cerrados. Incluso si están en pareja o en grupo no hay interacción entre ellas, dando la impresión de que ni siquiera se conocen, que son extrañas, que permanecen aisladas. Es un aislamiento interior, más que exterior. Son desconocidas que apenas se mueven, estáticas e indiferentes parece que no tienen sentimientos ni deseos.
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