Lo inacabado
¿Cuáles son los motivos por los que un escritor deja un libro a medio hacer? ¿O apenas iniciado? Eso sucedió con Jane Austen y aquí vamos a aventurarnos en las posibles razones. Dejando claro que no fue lo único que no culminó, sino que en su juventud, cuando escribía historias que iba clasificando en tres volúmenes que luego se publicación con el título genérico de Juvenilia, muchas de esas historias se quedaron sin acabar. Ahí podemos aludir a una especie de experimentación, de jugueteo con las palabras, pero en las dos novelas que aparecen en las imágenes las cosas son de otra manera.
"Los Watson" se escribió en el corto espacio de tiempo en que la autora vivió en Bath. Tras jubilarse, su padre, George Austen, había tomado la súbita decisión de retirarse a Bath y allí que se fueron el matrimonio y las dos hijas solteras, Cassandra y Jane. En los añoso 1803 y 1804 estuvo escribiendo este texto en el cual hay también unas hermanas y otras familias de la campiña, además de algunas rivalidades a la hora de encontrar un buen marido. Las cuatro hermanas de la familia Watson resultan curiosas y muy diferentes entre sí, algo que no es nuevo en la escritora. Se destila cierta amargura por tener que casarse obligatoriamente para poder subsistir con decoro y también se habla de la tristeza de ser institutriz. Aguantar a niños caprichosos no era algo que desearan ninguna de ellas. La novela se dejó sin terminar y su sobrino James Edward Austen-Leigh contó de segunda mano, porque no había sido el oyente principal, cómo sería el final. No es muy de fiar este sobrino a la hora de relatar las cosas de su tía, que demasiadas veces oculta. Además, contar un final es lo mismo que nada, a saber qué se le iba a ocurrir a la escritora en ese tiempo. Hay que considerar, además, que en esos años aún no había publicado nada y que todo lo escrito estaba guardado en un cajón. Hasta 1811 no se produce la primera publicación así que ¿quién nos dice que Jane Austen no se desesperó al ver que sus novelas no salían a la luz? Y, en todo caso si había de publicar ya tenía material suficiente preparado, nada menos que tres novelas completas, La abadía de Northanger, Orgullo y prejuicio y Sentido y sensibilidad.
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