En el fondo de armario de mis películas, esas que eres capaz de ver una y otra vez sin despeinarte, sin que te aburran, y siempre encontrando algo bueno que ver, algo nuevo, algo distinto, hay algunas de Kevin Costner. La causa por la que un actor te llega es desconocida para mí. Tiene mucho que ver con la química, con la atracción, incluso con el sentimiento amoroso. Es así y punto. Kevin Costner es californiano de la cosecha de 1955, así que acaba de cumplir, hoy precisamente, sesenta y siete años. En su trayectoria hay algunas películas que tienen tantas bondades que forman parte de la historia del cine. Kevin es sólido, atractivo, con aire de bueno, duro cuando es necesario, tierno en ocasiones, audaz y también prudente. Una joya. Sabe elegir los papeles, sabe dirigir, hace buena pareja con la mayoría de sus partenaires y está envejeciendo con sutileza y encanto. No se puede pedir más.
"No hay salida", 1987. Roger Donaldson
Aquí es un malo que no lo parece. El tándem con
Gene Hackman es espectacular. Y la ambigüedad en la que se mueve la historia hace que lo que comienza siendo un argumento de espionaje, se mezcle con una trama amorosa y se resuelva de manera inesperada.
Sean Young, es, en realidad, la víctima de ambos.
"Los intocables de Eliot Ness", 1987. Brian de Palma
Solo por escuchar el comienzo de la película, sonando la música con los créditos iniciales, merece la pena verla una y otra vez. Ennio Morricone hizo aquí una obra maestra de las suyas. Y todo el casting, el tono de la historia, la mezcla de humor, de lucha y de llanto, la convierten en una de las mejores películas de su estilo. El papel de Eliot Ness le va como anillo al dedo a Kevin Costner y su esposa en la ficción, Patricia Clarkson, una actriz maravillosa, no puede estar mejor elegida. Aquí está también Andy García, en un casi debut extraordinario y el gran Sean Connery, por cuya muerte todos lloramos. Sin olvidar al malvado y cruel Al Capone, esta vez en el gesto de Robert De Niro, otro genio. Gran película. Inolvidable.
"Trece días", 2000. Roger Donaldson
Esta es una de las mejores películas de tema político que he visto. Tiene todas las características para ello: un argumento apasionante basado en hechos reales, un trío protagonista de primera, unos secundarios estupendos y unos detalles que le añaden fiabilidad, como el uso alternativo del color y del blanco y negro, por ejemplo. La película tiene diálogos interesantes, tensión, escenas bélicas muy bien administradas, diplomacia internacional, momentos cumbre y cierto toque de emoción familiar, a través de uno de los protagonistas, precisamente el que interpreta Kevin Costner, Kenny O'Donnell, el secretario privado de Kennedy y consejero muy especial de los dos hermanos. La interpretación que hace Bruce Greenwood de JFK es muy estimable.
"Open Range", 2003. Kevin Costner
Un western de esos que llamamos ahora "crepuscular" en el que hay un hermoso mano a mano entre
Costner y
Robert Duvall, uno de esos actores que valen su peso en oro. También hay una "chica", la hermana del médico, la delicada y elegante
Annette Benning, cuya química con
Costner es brutal. La historia recrea el problema de los ganaderos y el de los vaqueros que van de un lado a otro llevando al ganado a pastar a las áreas libres. Un problema que existió realmente y que se recrea en esta especie de epopeya sentimental en el que no faltan los momentos duros, las muertes, los acosos y, por fin, la liberación.
"Uno de nosotros", 2020. Thomas Bezucha.
Esta es la última película que ha estrenado y tiene en ella nada menos que la compañía de la gran y bellísima Diane Lane. La pareja pierde a su hijo y no quiere perder a su nuera ni a su nieto, de modo que emprenden un viaje extraño y desconcertante para lograr recuperarlos. Ahí tienen que enfrentarse a una terrible familia, a modo de secta, con una madre horrible, unos hijos asilvestrados y una tragedia en ciernes. La película es dura, durísima, pero espectacular. Y Costner está soberbio.
"Mensaje en una botella", 1999. Luis Mandoki.
Quizá su película más romántica sea esta, en la que comparte espacio con otro enorme actor, un mito, una leyenda: Paul Newman, que aquí interpreta a su padre. Y ella, la chica, a la que conoce de modo casual, es una mujer interesante, atractiva y que compagina perfectamente con el tono de la película: Robin Wright. Costner ha perdido a su mujer, de la que estaba enamorado perdidamente, una mujer delicada, suave, tierna y llena de problemas, como suele ocurrir con la gente sensible. Desde que ella ha muerto él ya no puede vivir con normalidad y por eso su padre, Newman, tiene que asumir su cuidado como si fuera, en realidad, algo que ya no es, un niño. La llegada a su vida de Robin Wright es tanto una dicha como una dificultad. Ahí está la duda entre seguir adelante o continuar llorando. Pocas veces se representa mejor el duelo en el cine, el duelo por la pérdida del ser querido. Y Costner lo borda, con unos primeros planos expresivos y emocionantes.
"Figuras ocultas", 2016. Theodore Melfi.
Esta es una película excepcional. A mí me gusta muchísimo, no solo por el mensaje general sino por los detalles. La época de la carrera espacial es un hito en nuestra historia reciente. Todos miraban al cielo esperando ver pasar el cohete o a los astronautas. Y en la NASA, allá en Langley, Virginia, estaban los cerebros que intentaban hacer posible el milagro de conquistar el espacio. La ciencia ficción llevada a la vida cotidiana. Y la televisión dio buena cuenta de los intentos y puso rostro a los protagonistas. Pero no a todos, viene a decirnos la película, porque había una veintena de mujeres negras que hacían los cálculos para que esto fuera posible y nadie sabía quiénes eran ni si estaban siquiera allí. Las tres más destacadas están en la historia y puede conocerse su vida y su obra con todo detalle. Y luego estaba el jefe de aquello que es el papel que interpreta Costner que era, además de un científico, un ingeniero, un matemático, un auténtico soñador. Porque aquello exigía ver más allá.
Kevin Costner es actor, director, guionista y hasta cantante de country. En su juventud fue un gran deportista y comenzó a trabajar en el campo del marketing pues había estudiado Empresariales. Pero su encuentro casual en un avión con Richard Burton decidió su futuro: luchó por su sueño de ser actor.
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