"Tipos de interés" de José Cenizo Jiménez
José Cenizo Jiménez (Paradas, 1961) es un tipo que lleva la literatura en las venas. Desde que nació, la palabra es su santo y seña, su forma de comunicarse con el mundo, su pasaporte. Esa puerta abierta a la realidad convertida en frase, en escena, en esquema o en texto, todo lo que la palabra conlleva, es su manera de estar y tiene mucho de su forma de ser. Sus estudios de Filología añadieron a una inclinación natural esa formación que no sustituye al talento pero sí lo complementa. Su labor como profesor de Lengua ha dado lugar a que multitud de chavales entren por el sendero de la narrativa o la poesía de una forma sencilla. Sus intervenciones pedagógicas siempre han puesto el foco en la manera en que se puede hacer de ellos unos lectores avanzados, gente que sepa apreciar la literatura y que dé rienda suelta a su imaginación a través de las letras. De modo que ha transitado por numerosos géneros, desde el texto académico, la investigación flamenca, las coplas, las biografías, los apuntes didácticos, la poesía y ahora, el relato. Los relatos, porque son treinta y cinco los que forman esta gavilla de historias, dispares, dispersas, distintas, dislocadas, diferentes, distantes, discontinuas, agrupadas bajo el polisémico título de "Tipos de interés".
Pasar de un registro a otro tiene su aventura y tiene su riesgo. Somos muy dados a catalogar a las personas tanto como a los escritores o a los artistas. Salirse por la tangente es un peligro y hacerlo con una apuesta atrevida y llena de agujeros negros, no resulta nada fácil. Creo que Cenizo lo ha hecho porque sí, porque le apetecía y porque está en una edad, diría él, en la que es momento de dejarse llevar por su propia pulsión, por esa fuerza interna que deviene en historia, algo que debe escribirse, como decía Michael Ende, porque ha de ser contado. Y también porque hay un punto de contacto entre todas las formas de expresión que tienen su centro en la palabra y la trayectoria de José Cenizo lo demuestra. Se puede pensar y se puede escribir de todo y por todo. De modo que aquí están los treinta y cinco relatos para quien quiera algo de él, dicho en plan valentón con espada al cinto, en plan Tenorio, incluso.
La variedad de las historias relatadas viene a indicarnos que la mirada es amplia y se extiende sobre personas, objetos, situaciones, emociones, deseos, esperanzas y dudas. Desde la pasión imaginada en "El tren de los jueves" hasta los textos de agua "La niña de agua" o "La gotera", pasando por los niños raros (Ana María Matute y Juan Ramón ya repararon en ellos) o las sombras, apenas dibujadas; los misterios que se esbozan y no se resuelven, las razones y sinrazones del amor, los animales de compañía que llegan a ser parte de la vida sin serlo; para sobrevolar refranes que son escapularios o para hablar de oficios que hoy resultan extraños, también para que asomen los afectos más puros y más invertebrados; lo difícil, lo que más apetece, lo que duele o asombra...Hay gente cabal que aparece y se esconde y hay huellas del pasado y del mundo de hoy. Un poco todo y nada al mismo tiempo. Hombres, mujeres, gatos, libros y mariposas, fotografías de un momento concreto que el autor arranca al instante para que perduren. La cualidad efímera que se condensa en texto para que fluya y no se escape al tacto ni se pervierta en la oscuridad de una vida indiferente a todo. Hay quien piensa que los relatos son "un mal menor" en la creación literaria, pero hay que ser muy justo, incisivo, paciente y delicado, para tejer un tapiz con estas pequeñas teselas que son cada una de las historias.
Hay retazos de inquietud, un intenso cuidado del lenguaje, asomo de palabras y expresiones que tienen su sentido justo ahí, protagonistas inopinados, descenso a los infiernos, cura de emociones perdidas, nostalgias, cimientos, tiempo. El tiempo es el motivo por el cual estos tipos de interés no se han perdido aún y se resuelven en estampas cuya razón de ser es la palabra. Y esa palabra es la que revolotea incansable por el libro y convierte los cuentos en eso tan antiguo que llamamos literatura.
José Cenizo Jiménez, Tipos de interés. Ediciones Vitrubio, 2021. Prólogo de Antonio Rodríguez Almodóvar.
Otros libros del autor: Antonio Mairena, la forja de un clásico del cante flamenco (Almuzara, 2011), Poesía sevillana: Grupos y tendencias (1969-1980), Universidad de Sevilla, 2016; La Alboreá y la Petenera, Signatura Ediciones, 2012; En una palabra: armonía. La poética de Ángel F. Sánchez Escobar, 2013; Con pocas palabras, coplas flamencas, 2007, Signatura ediciones; Poética y didáctica del flamenco, una visión interdisciplinar, 2009. Signatura ediciones; Rafael Porlán, poeta del 27, 2003; Presumes que eres la ciencia, 2015.
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