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"Laberinto de paz"

 


(Annina Walt es Klara y Max Hubacher es Johann)

Acaba de estrenarse en Filmin esta miniserie suiza, de 2020, de título original Frieden, compuesta por seis episodios de una hora y media de duración cada uno. En total, nueve horas de proyección para poner sobre la mesa las contradicciones de la sociedad suiza en 1945, cuando, tras la segunda guerra mundial, ha de conjugar sus obligaciones con los refugiados judíos de los campos de concentración y la salvaguarda de sus fortunas y de las inversiones de los nazis. 

Klara, Johann y Egon, son tres jóvenes a los que este momento llega iniciando sus vidas de adultos. Klara y Johann se casan y Egon trabaja para el fiscal general en su investigación sobre los nazis huidos que llegan a Suiza. Johann tiene que atender el trabajo en la fábrica textil de su suegro e intentar que no se hunda, usando todos los medios posibles, incluido que un científico procedente de Alemania, con un pasado reciente nazi, trabaje para él con el fin de lograr un material sintético que sea barato y vendible. 

Por su parte, Klara es voluntaria en un centro de la Cruz Roja que atiende a jóvenes judíos procedentes del campo de Buchenwald. Ella es muy consciente de que el trato que se les da no es el de "invitados", como pregona el gobierno suizo y la propia Cruz Roja, sino que más bien parecen prisioneros. Y comienza una lucha personal porque esta situación cambie, aunque ello le cuesta tener problemas con sus propios familiares. 

Pronto se dará cuenta Egon de que los nazis con influencias y dinero tienen muy pocas posibilidades de ser capturados, más bien viven abiertamente en el país sin que nadie les moleste. Eso le producirá un enorme desánimo. Johann, su hermano, tiene problemas de conciencia por tener tratos con los nazis y usar su dinero para reflotar la empresa. En su intención de que el negocio prospere tropieza con la evidencia de que el dinero está en manos poco deseables. 


(Klara intenta ayudar a los refugiados)

La mayoría de las personas que rodean a los tres jóvenes no quieren darse cuenta de lo que está sucediendo, porque los intereses prevalecen sobre la conciencia. Cuando la Cruz Roja quiere enviar a Palestina a los jóvenes judíos refugiados, Klara se da cuenta de la inutilidad de su compasión. Y tanto Johann como Egon tendrán que adoptar duras decisiones para salvaguardar lo que ellos creen de justicia. 

La serie muestra cómo esta encrucijada afecta a muchas personas. Son tiempos de paz pero Suiza tiene mucho que resolver internamente, muchas contradicciones que solucionar. No basta con haber sido neutral, vienen a decirnos. Y esa misma neutralidad se pone en cuestión porque más parece querer significar un lavado de manos que un deseo de paz. La tentación de echar tierra encima sobre los acontecimientos más execrables de la humanidad (y el Holocausto es un ejemplo), azota a los pueblos y a los ciudadanos. Solo los más comprometidos y los más convencidos de que la paz no puede perdurar si no es sobre la condición de la justicia parecen entender que la ocultación no es el mejor camino. 


(Klara se enfrenta a los mandos de la Cruz Roja)

Los jóvenes judíos no encuentran trabajo y no son bienvenidos, los antiguos nazis prosperan y siguen teniendo las mayores comodidades y lujos en su estancia en Suiza. Esta es la gran paradoja. Siempre habrá quien se haga preguntas, quien se empeñe en cuestionar el pasado. Aquí el pasado es el año 1945. 

La serie tiene una factura espléndida, con tonos fríos, paisajes hermosos y situaciones desesperadas, todo ello como en un crisol que establece una tristísima comparación. También los intérpretes hacen un trabajo perfecto. Y el argumento equilibra de forma adecuada las emociones y los conflictos sentimentales, con los aspectos políticos y con esa especie de thriller rural en el que desemboca la persecución de los nazis por la fiscalía. 


(Johann y el padre de Klara)

Entre tantas series absurdas, llenas de argumentos aburridos, insulsos y falsamente modernos, falsamente concienciados, con exotismos que a nada conducen y que terminan siendo repetidos, esta serie tiene un aire totalmente diferente, una hechura clásica en su concepción y un continuo zarandeo a la conciencia del espectador, de igual manera que a los personajes. 


(Egon, hermano de Johann, buscador de nazis. Dimitri Stapfer)

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