Todos los que estéis interesados en la Historia de América, ese mundo apasionante que te lleva por terrenos que, a nosotros los españoles nos resultan cercanos, tenéis que conocer la obra de Francisco Morales Padrón, Catedrático de Historia de América en la Universidad de Sevilla y que ha muerto hace pocos días. A pesar de su origen canario (o quizá por eso mismo) Morales Padrón (Don Francisco le llamábamos sus alumnos) se integró perfectamente en Sevilla o, mejor dicho, la entendió desde el principio, aunque Sevilla no lo entendió a él. En sus obras escritas hay muchas referencias a la ciudad a la que siempre miró con admiración y sorpresa. Durante el tiempo que lo tuve de profesor, en la especialidad de Historia de América en la Universidad, hace ya muchos años, Don Francisco tenía una amplísima actividad investigadora, en la que sus alumnos colaborábamos, como es costumbre en los departamentos universitarios. Su prestigio en la Universidad de Sevilla, en concreto en la Facultad de Geografía e Historia, era ya incuestionable y siguió creciendo con el paso de los años. Aprendí muchas cosas de él en la asignatura "Historia de los Descubrimientos" y por eso ahora siento su muerte y he vuelto a releer algunos de sus libros. También pienso en la suerte que he tenido como alumna, al tener a tan grandes maestros y profesores, algunos de los cuales me vienen ahora a la memoria, como si fuera un homenaje interior: la señorita María Ángeles Maura, de la escuela; Paco Pedrote, Don Alberto Agudo, Don Rafael Monzón, del Instituto; Genaro Chic, Juan Manuel Suárez Japón, Don Antonio de la Banda, Enrique Valdivieso, Alfonso Braojos, Jesús Palomero o Jorge Bernales, de la Universidad... Gente de la que aprender tantas cosas...
Ha salido un nuevo libro de Paul Auster. Algunos lectores parece que han cerrado ya su relación con él y así lo comentaban. Han leído cuatro o cinco de sus libros y luego les ha parecido que todo era repetitivo y poco interesante. Muchos autores tienen ese mismo problema. O son demasiado prolíficos o las ideas se les quedan cortas. Es muy difícil mantener una larga trayectoria a base de obras maestras. En algunos casos se pierde la cabeza completamente a la hora de darse cuenta de que no todo vale. Pero "Baumgartner" tiene un comienzo apasionante. Tan sencillo como lo es la vida cotidiana y tan potente como sucede cuando una persona es consciente de que las cosas que antes hacía ahora le cuestan un enorme trabajo y ha de empezar a depender de otros. La vejez es una mala opción pero no la peor, parece decirnos Auster. Si llegas a viejo, verás cómo las estrellas se oscurecen, pero si no llegas, entonces te perderás tantas cosas que desearás envejecer. La verdadera pérdida d
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