Ir al contenido principal

"La mujer del médico" de Brian Moore

 

La mujer del médico

Brian Moore

Traducción de Ismael Atroche

Contraseña Editorial

Noviembre, 2012

**********

¡Qué difícil es ser mujer! Y quizá por eso a tantos escritores les ha interesado meterse en el alma femenina y descifrarla, intentar una historia en la que a las mujeres les pasen cosas y ellas tengan que reaccionar de alguna forma. No solo los grandes novelones novecentistas (Madame Bovary, Anna Karenina, La Regenta) sino las extraordinarias aportaciones de escritores que han detallado su visión de ese mundo, a la vez simple y complejo. D. H. Lawrence retrató a muchas mujeres: las hermanas Brangwen, Constance Chatterley, y las situó en un mundo complicado en el que ellas tienen que aprender a construirse a sí mismas. Las heroínas de Shakespeare, sin embargo, lo son como contrapunto al héroe y en ninguna de ellas late esa determinación positiva de dar un portazo cuando convenga. Edith Wharton dibujó los rasgos de mujeres llenas de matices, no siempre deseosas de agradar, no siempre centradas en lo que de ellas se esperaba en sus grupos sociales. En La edad de la inocencia están las mujeres experimentadas y poderosas, las chicas jóvenes con su virginidad a cuestas, y la mujer frágil pero dura al mismo tiempo. Todas parecen responder a la realidad de lo femenino. Lo bueno de todas ellas es que no son estereotipos y, como sucede a Sheila, la protagonista de La mujer del médico, hasta el final no conoceremos que es lo que piensa hacer consigo misma. La mujer lleva el lastre de comprenderse, lleva el lastre de darse a comprender a los demás y el de responder al exterior con una mezcla de mano izquierda y de inocencia. De esa respuesta dependen muchas cosas. Y luego está la maternidad, ese fuego inconmensurable que mueve las fichas del tablero y lo desvía para siempre de todos sus objetivos, salvo uno, el amor por el hijo. Esa clase de amor. 

Desde Jane Austen hasta ahora montones de escritores (muchas escritoras) han trazado su visión de la mujer a través de sus novelas. La novela es, además, el reino femenino por excelencia. Las mujeres leen novela más que otras cosas y eso tiene mucho que ver con su temblorosa forma de entender el mundo, con la manera en que las emociones y los sentimientos son el banderín que anticipa el cortejo de los humanos. Para Virginia Woolf las mujeres debían cuidarse entre ellas mismas, evitar la dependencia del hombre y dejarlo claro desde el primer momento. Barbara Pym trazó mujeres excelentes y Elizabeth Taylor dio un paso más a la hora de definir esas mosquitas muertas que tanto abundan y que echan un jarro de agua fría a algunas aspiraciones. Elizabeth Jane Howard tiene una fortaleza exquisita, una mirada tan gélida como apasionada al mundo femenino. Y la autoficción decidió que ya estaba bien de ocultar el hecho de que la mayoría de las mujeres jamás conocen el orgasmo en toda su vida. Incluso la culpa puede quedar a veces en segundo plano. Incluso puede una permitirse el lujo de ser feliz a ratos. 


En La mujer del médico la protagonista es Sheila, una mujer casada y madre de un hijo, que comienza siendo la señora Redden y termina siendo Sheila. Uno de esos días en los que la vida cambia, ella conoce, a través de Peg, a Tom Lowry. Tom tiene veintiocho años, diez menos que Sheila, y es muy alto, de huesos marcados, pelo largo y gestos especiales, delicados casi. La forma en que la gente se retira el pelo de los ojos puede convertirse en causa de un enamoramiento fulminante. Este es un encuentro casual pero todo va a desarrollarse rápidamente para los dos y así se va a tambalear la estructura de la vida de ella. Su relación con su hijo de quince años, su vida matrimonial, su mismo concepto de la sexualidad, de la sensualidad. Las cosas que pasan con Tom no han pasado antes en la vida de Sheila y esta, junto con los gestos especiales, es otra de las razones inevitables por las que las mujeres se enamoran. Lo que convierte a este libro en una pequeña joya es, sin embargo, que Sheila puede escoger de verdad. Y, cuando lo hace, ha descubierto cosas en los hombres de su vida que no había logrado detectar antes. Puede una estar engañada durante años y, sin embargo, un gesto lo va a cambiar todo. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Normas de cortesía" de Amor Towles

  Amor Towles (1964) es una especie de gentleman, de la clase que ahora puede permitirse la sociedad, no estrictamente vestido de trajes cruzados y gemelos, pero sí con cierta elegancia y gusto. Ama las antigüedades y las colecciona. Es un gran conocedor de la historia del arte y de la literatura inglesa. Adora el jazz. Ha tenido una esmerada educación y sus libros son, por eso mismo, educados y dentro de una escuela de escritura pausada y sin estridencias. Habrá quien diga que cultiva un diletante aburrimiento, si tenemos en cuenta la efervescencia de la literatura americana ahora mismo, pero eso es porque hay gustos para todos. Leer este libro ahora supone marchar a contracorriente porque la mayoría de los lectores de Towles (aunque quizá aún no puede hablarse estrictamente de ese concepto), están leyendo su segunda novela publicada en español, es decir, "Un caballero en Moscú", que ha sido un suceso literario en los últimos meses. No obstante, esta "Normas de cortesía

Lo que dijo Beryl

  (Camden Town, fotografía de Laurent Dequick) La primera cuestión que se suscita con la escritora inglesa Beryl Bainbridge es su año de nacimiento. Según las fuentes, se trata de 1932 o 1934. Sin embargo, su registro corresponde a 1933. Ella no lo tenía claro. Puede parecer una cosa rara, pero no lo es en absoluto y le ocurre a bastante gente, mucho más en aquellos años. Los registros no eran tan automáticos como ahora. Sea como sea, sabemos que nació uno de esos años, un 21 de noviembre, en una pequeña aldea cercana a Liverpool que cuenta con hermosos bosques de pinos y una fantástica playa. Se trata de Formby , en el Lancashire, un sitio idílico en el que pasó sus primeros meses antes de que la familia se trasladara a Liverpool , una ciudad difícil entonces y ahora. A esos dos primeros escenarios vitales hay que sumar Camden Town , el barrio del norte de Londres  en el que tuvo casa muchos años. Era una casa estrafalaria en un lugar estrafalario, centro del rock alternativo, plaga

Daphne du Maurier: siempre nos quedará Manderley

  La fama de "Rebecca" ha oscurecido un tanto la de la escritora que la creó, Daphne du Maurier , una londinense de 1907 que murió en Fowey, Cornualles, el 19 de abril de 1989. Pocas escritoras han dado tanta gloria al cine con sus historias. Hasta en cuatro ocasiones sus libros fueron el argumento de importantes películas, tres de ellas por el maestro Hitchcock. "Los pájaros", "La posada Jamaica", "Rebecca", son esas tres. Y luego está "La prima Rachel" , de 1952 y dirigida por  Henry Koster. Aquí los protagonistas son Richard Burton y Olivia de Havilland, curiosamente la hermana mal avenida de la protagonista de "Rebecca", Joan Fontaine. Hay otra versión más reciente "La prima Rachel" de Roger Michell con Rachel Weisz en el papel central. Tan inquietante como todas las obras de esta escritora.  Daphne era la mediana de las tres hijas de un matrimonio formado por un actor y una actriz. Todos su familia está llena

Slim Aarons: la vida no es siempre una piscina

  El modelo de la vida feliz en los cincuenta y sesenta del siglo pasado bien podría ser una lujosa mansión con una maravillosa piscina de agua azul. En sus orillas, hombres y mujeres vestidos elegantemente, con colores alegres y facciones hermosas, charlan, ríen y toman una copa con aire sugestivo. Esto, después del horror de las dos guerras mundiales, bien valía la pena de ser fotografiado. Así lo hizo el fotógrafo Slim Aarons (1916-2006) un testigo directo y también un protagonista entusiasta, del modo de vida de las décadas centrales del siglo XX, en el que había una acuciante necesidad de pasar página, algo que ni la guerra fría consiguió enturbiar. Como si estuviera permanentemente rodando una película y un carismático Cary Grant fuera a aparecer para ennoblecer el ambiente.  Slim nació en una familia judía de Nueva York y tuvo una infancia desastrosa. No había felicidad sino desgracias y eso se le quedó muy grabado. Luego estuvo en la segunda guerra mundial y allí cubrió momento

"Manual del editor de mesa" de Ana Bustelo

  Conocí a Ana Bustelo a través de "La librería" de Penelope Fitzgerald y de "Un alma cándida" de Elizabeth Taylor. Ana es una estupenda traductora. He leído otras traducciones de esas autoras y certifico que no es lo mismo. Después de eso he seguido su blog, y he encontrado ahí mucha literatura, mucha sonrisa y mucha información. Es una editora vocacional pero, sobre todo, yo diría que es una bibliófila convencida, porque le gusta todo del libro: traducirlo, escribirlo, editarlo. Por supuesto, leerlo. No se puede ser todo eso sin ese hábito de lectora contumaz.  Este libro es una joyita. Y no os engañéis. Diga lo que diga el título no se dirige solo a los editores o a los futuros editores, sino también a los escritores y muy especialmente. Incluso a todos aquellos apasionados del libro como producto acabado de la imaginación, la creatividad, el trabajo y la técnica. Una joyita que se lee estupendamente porque es Sencillo Completo Riguroso Claro Detallado Fácil de

William Eggleston: poesía en los suburbios

/William Eggleston nació en Memphis, Tennessee, Estados Unidos, el 27 de julio de 1939./ Nadie recorrería tranquilamente esos parajes, ni tocaría con confianza las paredes, ni sacaría una coca-cola de la máquina. El negocio de los coches parece definitivamente abandonado y las casas tienen el aire derruido de los suburbios industriales. Todo está muerto aunque quizá reviva cuando amanezca el día y haya quien transite por allí haciendo negocios, toda clase de negocios. Pero antes de eso Eggleston ha montado su cámara y ha convertido en historia el color y la forma, ha hecho que esa esquina de ninguna parte llegue a parecer un paraje embrujado. Arte con todas las letras. 

Ultramarinos

  (Ultramarinos Sopranis. Cádiz.  Tradicional tienda de alimentación y bar, con gran variedad de conservas, vinos y licores. ) Cuando era pequeña vivía enfrente de una tienda de ultramarinos. El dueño se llamaba Celestino y era montañés. Se marchó un día y la traspasó o la vendió a una familia de Conil que se hizo cargo de ella, con tan buena fortuna, que aún continúan su hijo y sus nietos con el negocio. El hombre se llamaba Andrés y era taciturno y poco hablador, ancho de cuerpo y con un aire recio, muy de campo. La esposa, Isabel, era una especialísima persona, que gustaba de vestir con colores alegres, como la reina de Inglaterra, y cuya tranquilidad y punto de vista original sobre las cosas a mí me llamaba la atención. Por último, tenían un hijo, Antoñito el de la tienda era su nombre y apodo, muy trabajador, guapo, activo y gracioso, que imitaba a José Luis López Vázquez y era capaz de cautivar a todas las clientas con sus dichos y comentarios.  La tienda era un placer para la vi

"Insolación" de Emilia Pardo Bazán

  Alianza Editorial conmemora el centenario de la muerte de Emilia Pardo Bazán con esta edición ilustrada de "Insolación", que ofrece esta sensacional portada y que es una oportunidad para quienes no conozcan la obra de Doña Emilia, si es que hay lectores avanzados en esta circunstancia. El original se publicó en 1889, envuelto en una nube de escándalo incluso entre sus colegas escritores. Pero el libro está ahí como prueba de la evolución formal de la Pardo Bazán, desde el naturalismo al retrato psicológico y también de su apuesta por una visión femenina alejada de vaivenes románticos y centrada en el derecho de la mujer a vivir su propia sexualidad y a expresar sus sentimientos.  La historia tiene formato clásico: una joven viuda que ha estado casada con un marqués (el de Andrade) bastante más mayor, abandona su vida ordenada y vacía cuando conoce a un atractivo mujeriego del que se queda enamorada perdidamente. Hay otro pretendiente ( Gabriel Pardo ) que se queda con do

Edna O'Brien: Una lectura doméstica

Una vez descubrí que uno de mis apellidos maternos procede del condado de Clare, en Irlanda, el mismo en que nació Edna O'Brien . Quizá de ahí viene mi querencia por esta tierra y por sus escritores. Nadie sabe nunca lo que esconde la historia ni el legado que dejan los antepasados. Puede que ese O'Galbean que aparece en nuestro árbol genealógico fuera también escritor o, al menos, entendiera de nubes y de pájaros.  En la portada de "Las sillitas rojas" , la muchacha de rebeca roja parece despedirse de aquello o quizá tiene la intención de retroceder sobre sus pasos y volver a su tierra. Edna O'Brien no volvió a su tierra para quedarse y yo tampoco. El condado de Clare tendrá que pasar sin ella, aunque intentó comprarse allí una granja parecida a la de su infancia, sin lograrlo. El sabor a tierra te queda en las manos a pesar del tiempo , piensa ella. Eso y los vientos, esa circunstancia peculiar que define los territorios. Los escarpados acantilados sobre el ma

Días de escuela

  Los mejores días de mi vida están siempre relacionados con la escuela. Como alumna o como maestra. Comencé a ir al colegio a los seis años, que era lo que se estilaba entonces. Y aprendí rápidamente todo lo que había que saber, no recuerdo exactamente cuándo pero sí cómo. La maestra llenaba la pizarra de palabras y números y los cuadernos se poblaban a su son. Desde entonces me gusta escribir a mano y escribo a mano cada día, como si fuera a venir la maestra a revisarme el cuaderno, la letra, la ortografía. Nunca escribí una palabra mal escrita ni pronuncié mal una palabra. Era una niña diferente a todas las de ese colegio, que era privado pero humilde, sin monjas y sin tonterías, solo con sentido común y tareas diarias. Me gustaba ir al colegio, ir cada día a la escuela era el mejor motivo para levantarse de la cama, salir corriendo sin desayunar y sentarme en la puerta a esperar que abriera. Si llegabas temprano la maestra te convertía en su secretaria y eso significaba que te apre