Siete mujeres y una cámara

 



La maestra de todas ellas y la que trajo la modernidad a la escritura fue Jane Austen. La frescura de sus personajes puede trasladarse a cualquier época, de modo que no se puede considerar antigua ni pasada de moda, todo lo contrario. Cronológicamente le sigue Edith Wharton pero entre las dos hay casi un siglo de diferencia y en un siglo puede pasar de todo. Austen fue una maestra con una obra escasa y Wharton cogió el bastón de la maestra y llevó a cabo una obra densa, larga y variada. Veinte años después nació Virginia Woolf y aquí no solo se reverdece la maestría sino que, en cierto modo, hay una vuelta de tuerca porque reflexionó sobre la escritura, sobre las mujeres que escriben y lo dejó por escrito, lo que no quiere decir que Edith y Jane no tuvieran ya claros algunos de esos postulados que Virginia convierte en casi leyes. Ocho años más tarde que Virginia nació Agatha Christie y aunque su obra no tiene nada que ver con las anteriores dio un salto enorme en lo que a consideración y profesionalidad se refiere. Su larga vida hizo que llegara a ser contemporánea de las demás, como, por ejemplo, de la siguiente en nacer Josephine Tey, como Christie no solo narradora sino dramaturga de mucha fama y de grandes obras. Las más jóvenes son Irène y Barbara, de vidas muy distintas. Irène vivió muy poco, igual que Jane Austen, aunque su destino lo marcó su condición de judía perseguida por el nazismo y Barbara Pym fue la última en nacer y la última en morir, de modo que llegó a 1980, quince años antes que Nina Leen, que no es escritora sino fotógrafa pero que forma parte de este universo de mujeres creadoras cuya obra hay que conocer si una quiere conocer lo que de verdad importa. 





Ellas son:

Jane Austen 1775/1817

Edith Wharton 1862/1937

Virginia Woolf 1882/1941

Agatha Christie 1890/1976

Josephine Tey 1896/1952

Irène Némirovsky 1903/1942

Barbara Pym 1913/1980

Nina Leen 1914?/1995

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