"Filosofía en el jardín" de Damon Young
Este es uno de los libros que te llaman la atención por su título y por lo que parece ofrecer y que luego te confirman el interés que tiene. Está bien escrito, se lee con alegría y dedica su primer capítulo a Jane Austen. ¿Qué más se puede pedir?. La presencia de los jardines en la literatura siempre ofrece buenos resultados y, en este caso, el autor, que es filósofo y escritor, aparece como uno de los motores de la creación artística y también como la forma en que el escritor recarga las pilas en contacto con la naturaleza.
Jane Austen nació entre jardines y murió entre jardines. En medio hubo paréntesis en los que estaban las ciudades (sobre todo Bath y Londres) y el mar de Southampton o de Lyme Regis. Pero fue la naturaleza abierta y libre de los campos y de los jardines domésticos lo que más influyó en su forma de abordar la belleza de la escritura. Young lo describe muy bien, representa su momento creador y luego esa necesidad de airear la mente saliendo al jardín. También nos recuerda las alusiones que hace Austen a los árboles y plantas en las cartas que escribe. Todos sabemos que tener un jardín te obliga a estar pendiente de muchas cosas que, de otro modo, desconoces. Es una tarea permanente al tiempo que un disfrute. Young relaciona todo ello con algunas características de su obra y por último culmina estas disquisiciones con una alusión a Aristóteles y a la influencia que poetas como Pope tienen en la obra austeniana. En resumen, un capítulo bien estructurado, sencillo pero brillante. Solo por ese capítulo ya merece el libro la pena. Pero no es el único y a partir de ahí el autor nos hace transitar por otras manifestaciones de la naturaleza y otros escritores.
Jane Austen, Leonard Woolf, Nietzsche, Proust, Colette, Rousseau, Orwell, Emily Dickinson, Kazantzakis, Sartre, Voltaire.
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