Catorce años

 


Da una pena ver las grapas en la foto, parecen que van a arañarla. Sin embargo, así están en

el original de papel. Alguien puso las grapas en la foto y se oxidaron y esa es la huella que

queda en la cara de la niña. Y también los restos del sello del club, en el que entró con

catorce años y esa es la edad de la niña de la foto. Catorce años y una cara que es imposible

de descifrar. Siempre buscando algo, siempre en busca de algo inexistente. Algo que no sabe

qué es ni dónde está. Algo inasible, inabarcable. Sigue así, no lo ha encontrado. Quizá no

existe. La niña sigue así.

Comentarios

Fackel ha dicho que…
Aquellas grapas de los carnés...Nos graparon para siempre al informe del tiempo. Y qué. Si lo que destaca con vida no son precisamente las grapas ni los carnés. Qué madurez en el rostro adolescente. Siempre queda. Sin grapas.
Caty León ha dicho que…
ES cierto, qué manía, pobre chica con las grapas a cuestas. Oxidadas del paso del tiempo.

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