Catorce años
Da una pena ver las grapas en la foto, parecen que van a arañarla. Sin embargo, así están en
el original de papel. Alguien puso las grapas en la foto y se oxidaron y esa es la huella que
queda en la cara de la niña. Y también los restos del sello del club, en el que entró con
catorce años y esa es la edad de la niña de la foto. Catorce años y una cara que es imposible
de descifrar. Siempre buscando algo, siempre en busca de algo inexistente. Algo que no sabe
qué es ni dónde está. Algo inasible, inabarcable. Sigue así, no lo ha encontrado. Quizá no
existe. La niña sigue así.
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