"Un amor cualquiera" de Jane Smiley
Este es el tercer libro de Jane Smiley que reseño en el blog. Los anteriores fueron La mejor voluntad y La edad del desconsuelo, todos ellos publicados por la editorial Sexto Piso. Jane Smiley (Los Ángeles, EEUU, 1949) es una de las más interesantes escritoras de la actualidad. Escribe tanto obras de ficción como ensayos y ha ganado el premio Pulitzer de narrativa. La publicación original de Un amor cualquiera es de 1989. Se trata, pues, de historias contemporáneas, todas ellas centradas en seres humanos en apariencia como tú y como yo, gente que podemos encontrar cerca de nosotros, en el supermercado, en la escuela, en el teatro.
Rachel y Pat Kinsella tienen cinco hijos, dos de ellos gemelos. Un día ella le dice al marido que está enamorada de un vecino. Eso desencadena los acontecimientos porque el marido cogerá a los hijos y se los llevará sin decirle nada a Rachel. De ese modo ella pierde a sus hijos y empiezan los esfuerzos para poder verlos al menos. En el relato se trasluce que él era un tipo cuadriculado y controlador, una especie de genio que, al fin y al cabo, no llegó a la excelencia porque algo fallaba.
Es una historia que comienza veinte años antes y que se desarrolla en un fin de semana. El peso de la historia anterior es tan fuerte que condiciona las relaciones entre los miembros de la familia que se han reunido de modo excepcional. Tres de los cinco hijos, Ellen y los gemelos Joe y Michael, y la madre están juntos, cada cual con sus vidas y sus emociones. Es ese miedo a las reacciones humanas lo que convierte a la novela en un libro actual. El miedo es una emoción que condiciona las actuaciones de las personas y que modifica las reacciones. En este caso, ese miedo es una herida transversal que no se ha curado.
Los planteamientos de Smiley son muy humanos. Parece que estamos leyendo una historia cercana, aunque sea ficción y aunque no tengamos nada que ver con la historia que cuenta. Pero la vida cotidiana, los detalles, el apego a la casa y a las cosas, las relaciones entre los hijos y la madre, el fracaso matrimonial, todo ello tiene la pátina de los hechos reales y así se viven cuando el libro se lee. Esta es la literatura de Smiley. Su obra tiene la virtud de atraparte. Cuando lees uno de sus libros buscas otros. Es una especie de línea conductora. Es algo propio de los grandes narradores y Smiley es una gran narradora.
La editorial Sexto Piso está publicando toda la obra de Jane Smiley. El traductor de este libro es Francisco González López. Es una novela corta, ciento veinticinco páginas. Quizá no entre en esa categoría estrictamente pero quiero decir que no es un novelón. Mucho mejor así. Los novelones son cansinos. Y aquí el pulso se mantiene tan bien que no necesita más explicaciones. Es la vida narrada, una foto fija de un fin de semana en el que una madre y tres de sus hijos se reúne porque vuelve de lejos uno de ellos. Esa preocupación maternal acerca de los hijos está presente, también los recuerdos del pasado y las distancias entre ellos. Y, sobre todo, el miedo, porque el miedo es ese extraño motor que lo mismo paraliza que revuelve la vida.
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