Maestras

 

En el Día de la Mujer yo voy a ser agradecida y voy a recordar a mi maestra de primaria, la que me enseñó a leer, escribir, calcular y muchas otras cosas felices. La señorita Mari Ángeles tenía una voz potente y cuidada; unas uñas rojas que a mí me llamaban la atención y una forma única de enseñar. Ir al colegio todos los días era una vocación y disfrutar de sus clases, su pizarra, su letra perfecta y los ensayos de teatro, una maravilla. La escuela ha sido siempre un paraíso. Ya sé que ella no es ninguna de esas personas importantes a las que les ponen calles y les dedican placas, pero para mí es una persona fundamental en mi vida. Mi seño.

(Foto: Nina Leen) 

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