Profes, Hitchcock y los gurús de hoy
Para un ama de casa (todas somos amas de casa en algún momento del día) trajinar es ir de un lado a otro haciendo las faenas de la casa pero non troppo. Mientras trajinas tienes la oportunidad de hacer varias cosas a la vez. Puedes seguir un podcast, por ejemplo; ver una película en Filmin; ver una serie en Netflix; pensar y escribir con la cabeza. En el iPad estaban esta mañana los de Todopoderosos (Rodrigo Cortés está muy bueno) hablando de Hitchcock, en concreto de "El proceso Paradine" que es una de mis películas favoritas, en la que sale Louis Jourdan, que es un tipo demasiado guapo y demasiado trágico. Antes de eso en Netflix hay una serie "La directora" que trata de profesores en una universidad, con un departamento de literatura que languidece. Los americanos son muy dados a filmar la primera vez de casi todo y en este caso es la primera profesora asiática que asciende a directora del departamento. Como conocedora de los departamentos de profesores no me extraña que hagan una serie, podía haber incluso un género cinematográfico. Ahí se generan filias, fobias, odios, amores y toda clase de deslealtades. Se cosen intrigas y se aducen las razones más peregrinas para llevarse el gato al agua. En una ocasión, mi jefe de departamento me obligó a dar clases cinco mañanas y cuatro tardes a la semana, simplemente porque él tenía que dormir la siesta todas las tardes. Era buena persona y se sonreía mucho pero también era uno de esos que no pensaban dejar ni un resquicio de comodidad a nadie si le afectaba a él. He conocido a muchos profesores así, bastante egoístas y sin una pizca de comprensión. En mis volteretas del trajín por el iPad han surgido entrevistas de esas que te aburren al poco de iniciarlas. Pérez Reverte tiene unas cuántas y siempre me da la sensación de que sus respuestas llevan aparejada la necesidad de quedar como el más bueno, el más listo y el más chulo, pero también de que están preparadas, sin nada de verdadera espontaneidad. Como me bloqueó en Twitter por motivos desconocidos porque nunca he interactuado con él puedo imaginarme que es de esos gurús ascendidos a más sin méritos verdaderos. Deseando acabar el trajín para sentarme a escribir esto y luego seguir con mi lectura, relectura mil, de "Orgullo y prejuicio", me viene a la cabeza que debo ser tan rara como la directora asiática del departamento. Ella enseña Emily Dickinson y yo escribo sobre Austen. Nada nuevo bajo el sol.
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