Sigue libre tu camino


Buscaba yo la forma de contar algo y en esa búsqueda me surge una frase en forma de amiga que está ahí aunque no se vea. Y es la frase la que da lugar al título y es el resumen, la glosa, todo. Sigue libre tu camino. Puede parecerte una exageración pero tienes que construirte un relato del fracaso. No puedes fracasar sin explicarte, sin explicarlo. Las interrogaciones tienen que cerrarse y convertirse en alguna clase de certeza, no demasiada, pero alguna, ligera, liviana, abierta, dulce. Una certeza sobre ti y lo que te rodea. Por qué me dejé engañar. Por qué permití que me utilizara. Por qué creí sus mentiras. Por qué pensé que yo era la culpable. Todos los porqués se condensan en una única pregunta que tienes desesperadamente que responder. Por qué a mí. 

Así, primero llegará la decepción y luego el desengaño, un escalón más. Luego las preguntas que abren las heridas. Después el llanto inmenso. Te hundirás en una ciénaga de sentimientos informes y tu cuerpo dejará de ser para convertirse en un peso que arrastras como puedes. Te cercarán la fealdad y la incertidumbre. La risa huirá de tus labios, la sonrisa será una simple mueca que arrancarás de ti para no contaminarla. Llegará sin dudarlo el desconcierto, las dudas, la huida, la rabia y el miedo. Si logra que el miedo se instale en ti habrá vencido. Pero, si tienes suerte, si tus pensamientos logran salir a la superficie y conducir el escandaloso vehículo de tus emociones equivocadas; si aciertas con la mirada y dejas de ver el puro teatro que representa para abrir paso a una verdad intuida, entonces tendrás, como yo, la suerte de renacer y de perder la atadura mortal que antes creíste imposible de conjurar. 


Sencillamente le volverás la espalda. Te marcharás y no querrás ya ninguna respuesta porque no van a servirte de nada. Dejarás las interrogantes y sonreirás sin darte cuenta. Verás su verdadero rostro: su malvado, terrible, gentil rostro impregnado de malicia. Un rostro viejo que se destruirá en cuanto soples. Una expresión absurda que la vela de cera disimulará y convertirá en una arruga sin remedio. Le volverás la espalda y entonces serás otra. No te importará la ausencia de miradas, la ausencia de deseos, la falta de abrazos o de besos firmes. No querrás sino que tu espalda deje atrás lo que fuiste, en ese intervalo exacto de tiempo en que fuiste otra sin quererlo. Y aquí la venganza tendrá una razón de ser que alguien te sugiere y que afirmas: Sigue libre tu camino. Barrido el odio por la lluvia, limpios tus pasos, libre. 


Saul Leiter, fotógrafo y pintor, autor de las fotografías que ilustran esta entrada, nació el 3 de diciembre de 1923 en Pittsburgh, Pensilvania, USA y murió el 26 de noviembre de 2013 en Nueva York. Fue uno de los pioneros de la fotografía en color.

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