"Una isla de papel" cumple diez años
Este 2019 se cumplen diez años del nacimiento de este blog, "Una isla de papel". Es un número redondo y, como todas las efemérides, tiene el valor del recuento y el balance. "Una isla de papel" es, en efecto, una isla de libros, quizá de palabras, rodeada por la vida cotidiana. Las islas son el gran paraíso ansiado que me unen con mi infancia y mi adolescencia. Una isla es el eje de mi vida y todo lo que la rodea, el mar océano lleno de azules y verdes cambiantes, el paisaje central de las emociones.
En estos diez años he plasmado aquí lo que me han sugerido muchos libros que he ido leyendo y releyendo. Lo he hecho a mi manera, sin pretender agradar a nadie, sin seguir consignas, con independencia de criterio. Los libros que me gustan son un modo de relacionarme con los otros, un puente para hallar afinidades. Escribir sobre libros es parecido a escribirlos. Los que escribo están en un cajón pero aquí están los de otros, tan interesantes, geniales y estimulantes que merece la pena sentarse a escribir sobre ellos.
También hay otras cosas. Vivencias, escritos inéditos, historias propias y ajenas, cine, música, arte, cultura en general. Todo lo que constituye el mundo en el que he elegido moverme. O pararme. Diez años de compartir algunas de las cosas más importantes porque me hacen feliz. La felicidad es ese pájaro que nos sobrevuela a veces sin que sepamos que está sobre nosotros. En "Una isla de papel" se condensan momentos felices y tiempos inspiradores. La tristeza no falta, como no falta la alegría. Escribir y leer es tanto padecer como sonreír. Un resumen de lo que somos sin pretenderlo.
Me siento contenta de ver que he sido capaz de perseverar en esa idea inicial que nació hace diez años. Sin patrocinios, ni publicidad, ni regalos editoriales, ni prebendas. Simple y llanamente en libertad.
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