Rubias, sexys y entrañables
(Laurence Olivier y Marilyn Monroe en un fotograma de "El príncipe y la corista")
Esa mala prensa de las rubias, hermosas, diáfanas, entregadas y dispuestas a todo con tal de conseguir gotas de felicidad, habría que desterrarla. El cine nos da sobradas muestras de que no siempre un aspecto voluptuoso significa poca cabeza o malas artes. Algunas de esas verdades se presentan envueltas en obras maestras que tienen una moraleja común: no te fíes del aspecto de una mujer porque puede esconder una científica nuclear a menos que te distraigas. De la misma manera que no existe la ecuación fea-inteligente, tampoco es verdad la que afirma que ser rubia es ser tonta. Aunque los caballeros las prefieran rubias y se casen con las morenas como bien sabía Anita Loos.
(En el set de rodaje de "La ventana indiscreta", la cámara recoge un momento de descanso en el que aparecen los protagonistas, James Stewart y Grace Kelly, junto con el director, Alfred Hitchcock)
Mira si no a la dulce, pizpireta y ciertamente patosa Elsie Marina, a quien los pasos de baile no le acaban de salir y a la que su actuación en la afamada revista The Coconut Girl no le va a reportar ninguna gloria. Salvo que conozca, como es muy posible si así lo decide Laurence Olivier, al príncipe regente Carlos de Carpacia y entre los dos surja una especie de encaprichamiento que puede cambiar los destinos políticos del país. Elsie Marina-Marilyn Monroe, es la corista del príncipe, la que, en 1957 enfrentaría a un actor especialista en Shakespeare con una supuesta rubia explosiva que ya nos anunció, cerca de Bette Davis y de George Sanders, que daría que hablar y mucho.
(En "Bésame, tonto", Orville toca el piano y canta mientras Polly la bomba juguetea con su zapato)
Otra de estas rubias manifiestamente inocentes es Polly la bomba, con la imagen y el entendimiento de Kim Novak, de la mano de Wilder y haciéndose pasar por la dulce mujercita de Orville-Ray Walston. La intención pecaminosa de Dino-Dean Martin, choca con la fortaleza de la chica que, en realidad, solo quiere ser una buena ama de casa, esposa y madre, aunque malviva en el Belly Button, el burdel más famoso de la zona que rodea al pueblito de Clímax, a quien nadie se le ha ocurrido cambiar el nombre.
(Grace Kelly)
Como no suele haber dos sin tres, la tercera rubia del guiso es la elegante Grace Kelly, convertida en Lisa Carol Fremont y asomada por amor a una ventana indiscreta, glamourosa portadora de un bolso minúsculo donde guarda por sorpresa un camisón de raso por el que cualquiera de nosotras mataría. Escoltada por la siempre atenta Thelma Ritter, es capaz de saltar por la ventana y contribuir al esclarecimiento de un asesinato cometido, antes de ser abogado, por Raymond Burr, ese Lars Thorwald que pone nervioso al pobre James Stewart, confinado en una butaca a causa del yeso de su pierna.
(Kim Novak)
Lisa, Polly y Elsie Marina son tres rubias que, lejos de engatusar, prefieren convencer con sus armas más evidentes. El ingenio, la inocencia, el saber estar y, sobre todo, la capacidad de soñar. Las tres sueñan con que la vida les traerá algo muy especial y, por ello, pueden lanzarse a la aventura de lograrlo, sabedoras que, ese mero intento, ya es un sonoro triunfo. Como en la vida real.
(Marilyn Monroe)
“Bésame, tonto”, de título original “Kiss Me, Stupid” se estrenó en 1964. Fue dirigida por Billy Wilder e interpretada por Dean Martin (Dino, el cantante famoso), Kim Novak (Polly la bomba, la ingenua prostituta), Ray Walston (Orville, el compositor de pueblo que espera su ocasión) y Felicia Farr (Zelda, la esposa de Orville).
“El príncipe y la corista”, cuyo título original es “The Prince and the Showgirl”, de 1957, fue dirigida e interpretada en el papel protagonista masculino por Laurence Olivier (príncipe Carlos de Carpacia) y por Marilyn Monroe (Elsie Marina, corista de la revista The Coconut Girl).
“La ventana indiscreta”, “Rear Window” en el original, es de 1954. Fue dirigida por Alfred Hitchcock y protagonizada por James Stewart (L. B. Jefferies, fotógrafo), Grace Kelly (Lisa Carol Fremont, bellísima modelo), Thelma Ritter (Stella, la enfermera) y Raymond Burr (Lars Thorwald, el asesino).