"Milena" de Margarete Buber-Neumann

Imposible decir si en los dos breves encuentros de Frank Kafka y Milena estalló el aleteo que distingue la atracción entre hombres y mujeres. Sus cartas parecen indicar que entre ellos había un lazo más fuerte que la propia contingencia de la vida, pero también nos dicen que ninguno de los dos supo luchar por lo que amaban, o no lograron saber lo que querían o no pudieron huir de ellos mismos. 

Aunque Milena Jesenská ha pasado a la historia de la literatura como el amor de Kafka, sabemos que fue mucho más y que su existencia individual bien podía valer para que fuera recordada. Milena es una de esas personas que no pasa por el mundo sin dejar huella, antes al contrario. 

Esta reedición que Tusquets lanza en 2017 ya había visto la luz y recoge el encuentro de la autora con Milena, ambas presas en el campo de concentración de  Ravensbrück donde moriría esta última en el año 1944. Margarete y Milena formaban parte de las presas políticas y ambas habían llegado ya a la conclusión a esas alturas de su vida, que el nazismo y el estalinismo no eran sino dos caras de una misma moneda, la que significaba opresión, aplastamiento de las libertades, renuncia a los derechos humanos y seguidismo de doctrinas totalitarias. Cuando ambas se conocen, Margarete, que estaba en el campo antes que Milena y que ya había conocido otro en Rusia, recibe un chorro de agua limpia, una luz que puede iluminarla, tal es la personalidad de Milena, su manera de entregarse a la amistad y la claridad de su inteligencia poderosa. Es así que se hacen amigas y por eso, y porque Margarete conocerá de primera mano las ideas, los pensamientos y la historia de Milena, por lo que a la muerte de esta cumplirá con su encargo de escribir sobre ella y contar quién era, para que todo el mundo lo conozca y su recuerdo no se pierda en el marasmo de muertes en que se había convertido Europa en esos años. 

Milena había nacido en una buena familia, con una madre que murió muy pronto y un padre autoritario y déspota que ingresó a su hija en un manicomio cuando supo que quería casarse con un escritor austríaco de origen judío, Ernst Polak. El empecinamiento de ella no cesó y fue mala suerte. Su marido nunca la respetó y ella soportó verlo continuamente con amantes que incluso llevaba a su casa. En los años finales de este matrimonio desgraciado, ella contactó con Kafka y se ofreció a traducirlo, algo que él aceptó y que dio comienzo a su epistolario. Cartas luminosas pero también llenas de desgraciados matices, los que ponía el autor de La Metamorfosis por sus muchos problemas emocionales, su incapacidad de ser feliz y de entregarse al amor. 

Su segundo matrimonio con el arquitecto checo Jaromir Krejcar llevó a Milena a conocer de cerca la URSS y desengañarse totalmente del régimen comunista que denunció en múltiples ocasiones. En 1939 fue detenida por la Gestapo y llegó al campo donde encontró a Margarete. La personalidad atrayente y llena de ingenio, fortaleza y vigor de Milena impresionó a aquella y se hacen inseparables. También Margarete había tenido la experiencia de conocer de cerca lo que era el comunismo y también ella y su marido se desengañaron. Marido que, por cierto, estaba desaparecido en los años en los que coincidieron Milena y Margarete. 

El relato de este tiempo compartido resulta emocionante. Quizá ambas tenían conciencia de que su vida pendía de un hilo. Milena estaba muy enferma cuando llegó pero esto no le impedía interesarse por las demás. Tenía muy arraigado el instinto periodístico, una gran cultura y un gran deseo de conocer. Así fue una atenta oyente de las peripecias que había vivido Margarete y le preguntó su opinión acerca de muchos asuntos de la terrible actualidad que vivían. También era capaz de contar las cosas con enorme lucidez y no le daba importancia a sus dolores o a su situación personal, su enfermedad y su debilidad. Las dos crearon lazos indestructibles y eso se refleja en esta obra que, en su título original, escrito en 1967, se llamó "Milena, la amiga de Kafka" pero que ahora, en esta edición, Tusquets ha reducido llamándolo simplemente Milena. Nada más y nada menos. 

Milena. Margarete Buber-Neumann. Colección Andanzas. Tusquets Editores. 2017. 

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