Queriendo no pensarte
(Modigliani)
Hay cosas, cada día, que no pueden dejarse
por más que exista el frío o que el calor apriete o que la lluvia baile
y lance su sonido contra el cristal que guarda tus instantes de cielo;
hay cosas que realizas automáticamente
usar la nutritiva, ponerte la hidratante, el contorno de ojos, el labial, el perfume,
a pesar de que el sueño te venza en ocasiones
a pesar de que el tiempo te corra más aprisa...
Hay cosas que sostienen tu inmenso y cotidiano temblor de cada tarde o el sol de las tormentas
y buscas entre ellas un motivo aparente para que nada cambie, para que te asegure
que el alba es un capítulo que se escribe sin hache
y tú devuelves todo a la vida que fuiste...
Entre las cosas, todas, están las que no quieres, están de las que huyes, están las que lastiman.
Están tus ojos quietos, está tu boca firme, están tus manos blancas, está tu cuerpo frío,
están tus oquedades, están tus sinsabores y también tus constantes, absolutas mentiras.
No quieres conocerlo, no quieres que esté cerca, no quieres recordarlo,
queriendo no pensarlo está de nuevo aquí y te escapas y huyes.
Si no tengo tu voz, ni oigo latir tu tiempo, ni presiento tu risa, ni toco tu mirada,
si no abrazo tu cuerpo, si no admito presagios, si no tengo esperanzas,
si quiero que te marches, si no quiero quererte,
¿por qué te atas al fondo de todos los minutos,
por qué no desvaneces tu presencia y me dejas,
por qué no te separas de mí por un instante
por qué me lloran lágrimas,
por qué me miento tanto?
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