Corazón en cenizas convertido
(Pintura. Mary Jane Ansell)
Un día se acercará
y con palabras nuevas, gesto nuevo y una nueva ilusión en su mirada, me contará
el secreto que no podrá ocultar, que no querrá callarse: Me he enamorado, al
fin, ya soy como querías, un hombre generoso. He conocido a alguien.
Me sonreirá sin
verme y moverá las manos, las alzará con un tono diferente y parecerá un actor
que representa su mejor función después de mucho tiempo. Yo imaginaré en su
dulce alegría a la hermosa mujer que yo nunca seré y mi alma se convertirá en
cenizas poco a poco.
Entonces sentiré
que un puño helado me aprisiona y oleré la feroz humedad que, en mis ojos, congelará las lágrimas. Me entenderé a mí misma sin hablar y notaré que el miedo que anunciaba
tenía razón de ser, que no existían quimeras en el sueño agitado de las noches.
Ese día se nublará
para siempre la luz que ahora me alumbra y rezaré oraciones perdidas y buscaré
en cualquier cosa un motivo, lo que sea, algo que me levante de la cama, algo
que me devuelva a la vida, aun sabiendo que será vida sin él, vida baldía, la
nada apenas.
Comentarios