Qué es "El Año de Emma"
Decir que Jane Austen es una de mis autoras de cabecera sería quedarme corta. Es mucho más. Es un modelo de escritora al que seguir. Es la persona que ha creado un mundo ficticio en el que me sumerjo de todas las formas posibles y que me hace feliz. Es alguien que imaginó personajes, situaciones, momentos... y que les dio forma magistralmente, como solo un verdadero talento puede hacerlo. Un talento oculto. Porque, aunque ahora nos resulte difícil de entender, no llegó a ver firmadas ninguna de sus obras. No. Todas eran anónimas o aludían, sencillamente, a "Una dama" o "Del autor de...". Eso me parece tan triste...Porque la autoría es lo que le queda al artista cuando todo lo demás deja de existir. Afortunadamente la posteridad le ha hecho justicia y por eso nos han llegado sus obras, en múltiples ediciones y formatos, incluido el musical o el visual.
Jane Austen ha creado todo un mundo con sus novelas. Y lo hizo sin grandilocuencia, desde la pequeña, sana e inevitable cotidianeidad. Ese mundo de las cosas sencillas que tanto nos atañe, el mundo de las emociones, de los sentimientos, de los resquemores, las envidias, las murmuraciones, pero también de los placeres más elevados, de la lucha entre el amor y el deber, de la fuerza de las pasiones. Parece mentira encontrar todo esto en alguien como ella, una mujer sencilla, con una vida sencilla, aunque, no nos engañemos, con una pasión por los libros, por las historias y por la palabra que comenzó desde que era apenas una niña.
Jane Austen se sentía escritora, aunque anónima. Pero, sobre todo, se sentía lectora. Así se definía y eso fue toda su vida, una lectora que encontraba en el papel impreso, en los libros, mucho más de lo que ofrecía la vida real y que hallaba en la vida real un material sensible que fue capaz de trasladar a sus propios libros. Maravilloso milagro del talento creador, de la literatura, cuando florece de verdad y da lugar a hermosos frutos.
Cuando empecé a leerla, desde pequeña, se me escapaban muchas cosas. Al principio fueron algunos personajes femeninos, potentes y con unas vidas llenas de peripecias, los que me atrajeron. Luego, los masculinos, más oscuros, más al fondo, pero impresionantemente descritos. Después, fueron acudiendo a mi cabeza un sinfín de ideas, de pensamientos, de sensaciones, logrando, sin yo quererlo y sin quererlo ella, mi querida Jane Austen, influir en mi educación sentimental del modo en que solo la literatura, la obra de arte, sabe hacerlo. De un modo silencioso, pero firme. Efectivo, perpetuo. Me veo a mí misma, sentada junto a la ventana que daba a mi calle, o en la azotea, resguardada del levante, o en una esquina del patio, con ese libro en las manos, con tantas cosas en las manos a través de ese libro...
Como siempre suele ocurrir con las obras maestras, sus libros tienen muchas lecturas, muchos acercamientos. Con el tiempo y la relectura he llegado a adquirir otras claves. Y espero que esas claves se completen y que siempre, siempre, tenga ocasión de captar algo que sea nuevo, que sea suyo, único, original. Que cada nuevo encuentro con su obra sea el principio de una revelación, de un hallazgo, porque eso es lo que significa Jane Austen para mí. El hallazgo de una visión única del paso de los días y de la vivencia de los seres humanos.
Jane Austen ha creado todo un mundo con sus novelas. Y lo hizo sin grandilocuencia, desde la pequeña, sana e inevitable cotidianeidad. Ese mundo de las cosas sencillas que tanto nos atañe, el mundo de las emociones, de los sentimientos, de los resquemores, las envidias, las murmuraciones, pero también de los placeres más elevados, de la lucha entre el amor y el deber, de la fuerza de las pasiones. Parece mentira encontrar todo esto en alguien como ella, una mujer sencilla, con una vida sencilla, aunque, no nos engañemos, con una pasión por los libros, por las historias y por la palabra que comenzó desde que era apenas una niña.
Jane Austen se sentía escritora, aunque anónima. Pero, sobre todo, se sentía lectora. Así se definía y eso fue toda su vida, una lectora que encontraba en el papel impreso, en los libros, mucho más de lo que ofrecía la vida real y que hallaba en la vida real un material sensible que fue capaz de trasladar a sus propios libros. Maravilloso milagro del talento creador, de la literatura, cuando florece de verdad y da lugar a hermosos frutos.
Cuando empecé a leerla, desde pequeña, se me escapaban muchas cosas. Al principio fueron algunos personajes femeninos, potentes y con unas vidas llenas de peripecias, los que me atrajeron. Luego, los masculinos, más oscuros, más al fondo, pero impresionantemente descritos. Después, fueron acudiendo a mi cabeza un sinfín de ideas, de pensamientos, de sensaciones, logrando, sin yo quererlo y sin quererlo ella, mi querida Jane Austen, influir en mi educación sentimental del modo en que solo la literatura, la obra de arte, sabe hacerlo. De un modo silencioso, pero firme. Efectivo, perpetuo. Me veo a mí misma, sentada junto a la ventana que daba a mi calle, o en la azotea, resguardada del levante, o en una esquina del patio, con ese libro en las manos, con tantas cosas en las manos a través de ese libro...
Como siempre suele ocurrir con las obras maestras, sus libros tienen muchas lecturas, muchos acercamientos. Con el tiempo y la relectura he llegado a adquirir otras claves. Y espero que esas claves se completen y que siempre, siempre, tenga ocasión de captar algo que sea nuevo, que sea suyo, único, original. Que cada nuevo encuentro con su obra sea el principio de una revelación, de un hallazgo, porque eso es lo que significa Jane Austen para mí. El hallazgo de una visión única del paso de los días y de la vivencia de los seres humanos.
Las conmemoraciones han de servir para recordar, revitalizar, valorar, volver a traer a nuestros días las realidades del talento y la creación. En este caso, pensé que revisitar "Emma", la novela que publicó a finales del año 1815, podría darme esa oportunidad. "Emma" se publicó sin su nombre. Dos años después de publicarse Jane Austen murió, cuando solamente contaba con 41 años. Después de su muerte se publicaron otras obras, aunque pocas, porque no fue una mujer de muchos libros, sino de buenos libros. Cartas, impresiones sobre ella, biografías, jalonan también la bibliografía que puedes consultar si te interesa. Y te interesará, seguro, si ahondas en ella, si te acercas a su mirada.
Quisiera que esta iniciativa personal, y por ello, discreta, humilde y sin más motivación que la alegría de darla a conocer, de disfrutarla entre muchos, de redescubrirla, tuviera el mayor eco posible. Y por eso el uso de las redes sociales y de los medios de comunicación digitales, que tienen tanta fuerza. #ElAñodeEmma debería ser un motivo de alegría y disfrute compartido, como si estuviéramos todos asistiendo a uno de los bailes que tanto gustaban a Emma y a la propia Jane Austen, trasunto en esto de su personaje. Un baile de sociedad en el que todos los muebles, los adornos, la comida, los vestidos, el adorno, estuvieran cuidadosamente preparados y, a la vez, llenos de espontaneidad, de viveza, de la ligereza feliz pero reflexiva, plena de ingenio y de tierna ironía que destilan sus obras y esta "Emma" en concreto.
Quisiera que esta iniciativa personal, y por ello, discreta, humilde y sin más motivación que la alegría de darla a conocer, de disfrutarla entre muchos, de redescubrirla, tuviera el mayor eco posible. Y por eso el uso de las redes sociales y de los medios de comunicación digitales, que tienen tanta fuerza. #ElAñodeEmma debería ser un motivo de alegría y disfrute compartido, como si estuviéramos todos asistiendo a uno de los bailes que tanto gustaban a Emma y a la propia Jane Austen, trasunto en esto de su personaje. Un baile de sociedad en el que todos los muebles, los adornos, la comida, los vestidos, el adorno, estuvieran cuidadosamente preparados y, a la vez, llenos de espontaneidad, de viveza, de la ligereza feliz pero reflexiva, plena de ingenio y de tierna ironía que destilan sus obras y esta "Emma" en concreto.
Ah, qué pensaría Jane Austen si se viera de este modo, en medio de las nubes de Internet.... O quizá tenga que rehacer mi expresión y decir, qué pensará nuestra Jane al verse en medio de una vorágine de comentarios...Qué pensará al ver tantas películas, libros, discos, pósters, tuits, posts, como se publican sobre ella...
Tengo una permanente deuda de gratitud con aquellos que escriben, con los creadores del universo mágico de las palabras. Pues ellos me han salvado del frío, me han protegido en el dolor y me han amparado en la soledad. Mi agradecimiento a Jane Austen es infinito y sus libros son parte de mí, de tal forma que sus frases, sus personajes, sus paisajes, sus ideas y emociones, los siento como míos.
#ElAñodeEmma ya está en Twitter. El Año de Emma está en Facebook. Está en el club virtual de lectura que hemos creado en esta red social. Está en TheCult.es. Está en este blog. Estará en otras acciones de las que daré cuenta en todos estos foros. Y así espero que se multiplique su efecto. Si nos sigues, tú también formarás parte de este año. En Twitter aparecerán los enlaces a los textos de este blog y a los de TheCult.es. En Facebook, además de esos enlaces, se encuentra el club virtual de lectura y se incluirán posts referidos a la conmemoración, así como vídeos, escenas de películas, noticias referentes a congresos, jornadas, curiosidades, etc. En TheCult.es se colgarán una serie de artículos hechos desde atrás, es decir, con un punto de vista imaginado e imaginario, intentando reconstruir desde la literatura el ambiente, la vida, la creación del libro y dentro del libro. El primer artículo recoge el momento en el que el Príncipe Regente recibe el paquete en el que viene la primera edición del libro, que a él dedicó, sin demasiado entusiasmo, su autora. En este blog, por otro lado, se dedicarán entradas a las versiones cinematográficas del libro, a telefilms, series, discos, etc.
Todo ello inicia el camino de su lectura, o de su relectura. Porque el principal objetivo es leer. Leer "Emma". Leer a Jane Austen. Leer libros, leer...Y, por qué no, compartir nuestras impresiones, nuestras sensaciones, con aquellos otros que también, por ese mismo camino de la lectura, han llegado a conclusiones idénticas, o parecidas, o distintas. El milagro de la palabra que hace su efecto por poco que lo intentemos.
Que leamos "Emma" para disfrutarla, para reírnos con ella, para entender su ironía, su elegancia, su detallista descripción de lo que somos, seres humanos dispuestos a ser felices a toda costa.
Comienza, a todos los efectos, #ElAñodeEmma.
Todo ello inicia el camino de su lectura, o de su relectura. Porque el principal objetivo es leer. Leer "Emma". Leer a Jane Austen. Leer libros, leer...Y, por qué no, compartir nuestras impresiones, nuestras sensaciones, con aquellos otros que también, por ese mismo camino de la lectura, han llegado a conclusiones idénticas, o parecidas, o distintas. El milagro de la palabra que hace su efecto por poco que lo intentemos.
Que leamos "Emma" para disfrutarla, para reírnos con ella, para entender su ironía, su elegancia, su detallista descripción de lo que somos, seres humanos dispuestos a ser felices a toda costa.
Comienza, a todos los efectos, #ElAñodeEmma.
(Portada original de "Emma", que se publicó en tres volúmenes y que se atribuye, como puede verse, al "Autor de Pride and Prejudice")
Comentarios
Pero es que ahora la casualidad no puede ser mayor, me estoy leyendo Emma! , y al comentarselo a tu hermana me dijo que me metiera a mirar lo q has organizado del Año de Emma. Así que encantada de unirme a vosotras. Un abrazo y feliz año.