Una biografía
Junto a mí, en este verano tan atípico en el que pocas cosas son las que eran, está este libro, en cuya portada aparece la imagen antigua de Jane Austen, según el dibujo que hizo de ella su hermana Cassandra Austen. Una mujer de su tiempo, tocada con una especie de cofia rizada, un vestido de corte imperio, como era la moda entonces y una blusa de manga corta con el cuello atravesado por una cinta de ribete.
Jane Austen, que vivió entre los años 1775 y 1817, no era, sin embargo, exclusivamente, una mujer de su tiempo. Más bien, era alguien que se adelantó, que vislumbró o que imaginó otra forma de relacionarse, otra forma de vivir. Quienes han leído su obra de forma superficial puede que se hayan quedado solamente con las bodas, los amoríos o los ritos sociales que narra. Pero hay más. Mucho más. Y lo que hay es de interior, es de sentimiento y de emoción, de cómo enfrentarse al día a día, de como procesar lo que uno va encontrando a cada paso.
Jane Austen, que vivió entre los años 1775 y 1817, no era, sin embargo, exclusivamente, una mujer de su tiempo. Más bien, era alguien que se adelantó, que vislumbró o que imaginó otra forma de relacionarse, otra forma de vivir. Quienes han leído su obra de forma superficial puede que se hayan quedado solamente con las bodas, los amoríos o los ritos sociales que narra. Pero hay más. Mucho más. Y lo que hay es de interior, es de sentimiento y de emoción, de cómo enfrentarse al día a día, de como procesar lo que uno va encontrando a cada paso.
Ella fue una observadora de la vida, como lo son, quizá, la mayoría de los escritores. Fue una observadora porque no disponía de medios para vivir otra vida y también porque su propia naturaleza la llevaba a escudriñar la vida cotidiana de su entorno hasta convertirla en el motivo de su narración. Seguramente a nuestros ojos la vida de Jane podía ser aburrida. En el mundo en el que vivimos toda falta de movimiento supone aburrirse. Pero para ella su vida estaba plena de acontecimientos pequeños, de minucias, que, todas unidas, formaban un universo completo, absoluto.
Esta biografía nos acerca ese universo. Si la lees sin conocer su obra, quizá solamente aprecies una sucesión de datos y fechas, una serie de acontecimientos familiares y personales que se van sumando a modo de argamasa, creando un caleidoscopio que se abre ante los ojos, desvelando como si fuera una cortina que se despliega, lo que significó la vida de alguien que no hizo nada de particular, salvo escribir. Pero es mejor haberla leído antes. Haber leído sus libros sin prejuicios, sin considerar que son novelitas románticas, cosas de mujeres, como hay quien afirma todavía. Es mejor haber entrado en su universo por la puerta de sus propias palabras para que nada nos distorsione esa primera visión que uno recibe cuando lee un libro.
Sin embargo, después, esta biografía puede ser una buena manera de explicarnos algunas cosas. Cuando yo estudiaba la carrera, mi profesor de Geografía siempre nos hablaba de la rigurosidad del método de análisis geográfico que había que aplicar a los fenómenos, tanto humanos, como climáticos, sociales, demográficos o económicos. El método se basa en factores y elementos. Y en dos acciones. Describir y explicar. Describir lo que ocurre, es decir, los elementos. Explicar por qué ocurren, es decir, los factores. Genial forma de entender a nuestra Jane.
El libro se inicia con un delicioso mapa de Hamsphire y sus alrededores, colocando en el espacio la casa de los Austen y las de sus vecinos. No es baladí este acertado comienzo, puesto que las novelas de Jane tienen en la vecindad uno de sus elementos más sustanciales. Las relaciones entre los vecinos, las interacciones entre ellos, la conveniencia de mantener las buenas formas, las descripciones de los encuentros en una comunidad muy cerrada, son fundamentales. No esperemos de ella relatos pormenorizados de elementos de la naturaleza, moblajes, ni siquiera descripciones físicas de los personajes más allá de una leve pincelada. Pero, aún así, qué bien los conocemos a todos, cómo los entendemos, cómo somos capaces de descubrir las reacciones que tendrán ante determinados sucesos. Este relato de lo cotidiano enlaza con el mundo de las emociones, de los sentimientos, algo en lo que Austen es una verdadera maestra.
En el libro, además, bonitas ilustraciones de lugares y personajes reales que formaron parte de su vida y que, seguramente, estaban en el fondo de aquello que contaba. Como todos los escritores su universo era el universo de su palabra y en su vida, en su entorno, en su infancia y en su juventud, encontró Jane el vivero de temas más completo que podía imaginar. Es muy interesante lo que la autora de la biografía describe en torno a la vida de escritora de Jane, con sus publicaciones, sus avatares editoriales, sus ganancias, sus sinsabores, su actitud alegre y dispuesta para casi todo...
Repito. Esta es una biografía para iniciados. No se puede entender si no se han leído antes todos los libros de Jane. Todos. Porque las referencias a ellos son constantes, como no puede ser de otra forma. Por eso, la recomiendo encarecidamente a todas y todos los austenianos que en el mundo son. Y, si aún no lo eres, no sé a qué esperas para descubrir a una de las mentes más inteligentes, ingeniosas, divertidas, observadoras y sensatas que la literatura nos ofrece.
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