Pepi Sánchez
La gente rodeaba las piedras, les daba vueltas y vueltas, formando en su mente explicaciones a esa explosión de viva naturaleza que solamente el talento de una verdadera artista puede ofrecer.
Y no es posible mencionar sus obras sin hablar de su maravillosa forma de dibujar, de líneas perfectas, de su manera de añadir volumen a los cuadros, como si fueran esculturas. Y del color. Usa colores que me recuerdan los palacios cretenses, los frescos de Miguel Ángel, los estucos de las casas romanas...el albero, los tonos verdes y azules inenarrables, los rosas, los amarillos dorados...
Si puedes, acércate a conocer a esta artista que mucha gente no sabe quién es y que ya me impresionó hace años, cuando yo estudiaba arte en la facultad y me topé con su obra.
Además tiene el aliciente de que, antes de entrar en la exposición, en la calle, en los jardines de la plaza del Triunfo, entre la Giralda y el Alcazar, allí mismo están, colocadas al aire libre, una serie de obras del escultor Henry Moore, fantástica visión a la luz del sol sevillano.
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