Se fue Miguel Delibes
Esta mañana la radio me trajo la noticia de la muerte de Miguel Delibes, en su ciudad, Valladolid, en cuyo Ayuntamiento está ahora mismo, cuando escribo estas líneas, instalada su capilla ardiente. La radio, que escucho ahora, cuenta que la gente acude a darle su despedida con un libro suyo en la mano.
Como en otras ocasiones, cuando muere un escritor famoso, más que famoso, importante, me paro a pensar en su obra y en su biografía. No sé si os he dicho que las biografías son mi debilidad. Sí, porque me imagino el Delibes niño, el Delibes joven, el Delibes maduro, el Delibes anciano, toda una vida que pasa por mil y una peripecias. He repasado la biografía de Miguel Delibes consultando fuentes diversas y he extraído algunas cosas que me han llamado la atención y que ahora os cuento en su recuerdo:
Miguel Delibes nació en Valladolid el 17 de octubre de 1920. Es el tercero de ocho hermanos, su madre era María Setién y su padre, Adolfo Delibes, era abogado y catedrático de Derecho en la Escuela de Comercio. Estudia en el colegio de La Salle y cursa el bachillerato en el colegio de Lourdes de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. La guerra le impidió ingresar en la universidad, por lo que continuó con los cursos de perito mercantil y aprendió a modelar en la Escuela de Artes y Oficios. Se enroló como voluntario en la Marina prestando servicio en el crucero "Canarias" en Palma de Mallorca. En 1939 regresó a Valladolid y comenzó sus estudios universitarios de Derecho y Comercio. Sin embargo, ninguna de estas carreras le agrada. Y sólo el azar quiere que llegue al mundo del periodismo y de la literatura. Un azar que comienza cuando, al estudiar el Manual de Derecho Mercantil de Joaquín Garrigues, descubre la belleza del lenguaje y el adjetivo oportunamente empleado. Como también le gusta el dibujo -su padre le ha matriculado en la Escuela de Artes y Oficios-, Miguel Delibes ingresa como caricaturista, en 1941, en “El Norte de Castilla”, el periódico de su ciudad. Posteriormente realizó un curso de periodismo en Madrid para obtener el carné profesional, de modo tal que en 1942 publica su primer artículo (sobre el tema de la caza mayor) en “El Norte de Castilla”. En 1945 ganó por oposición la cátedra de Derecho Mercantil y consiguió ser destinado a la Escuela de comercio de Valladolid.
Miguel Delibes se casó con Ángeles de Castro y ella fue la persona que le animó a escribir, porque estaba convencida de que era un gran escritor en ciernes. Su primera novela fue "La sombra del ciprés es alargada" y su mujer fue siempre la persona que lo iluminó hasta que ella murió. Con esa primera novela consiguió el Premio Nadal en 1948. Este fulgurante comienzo nos indica que su madera de escritor estaba clara desde el principio.
Si os relato el listado de obras importantes que nos ha dejado, muchísimas de ellas llevadas al cine con gran éxito, podéis entender por qué ha recibido tantos y tantos premios y distinciones:
La sombra del ciprés es alargada
El camino
Cinco horas con Mario
Los Santos Inocentes
Mi idolatrado hijo Sisí
El príncipe destronado
Señora de rojo sobre fondo gris
El Hereje
Premios:
Gustavo Martín Garzo ha declarado hoy que Delibes tenía todos los premios y que no le faltaba ninguno (en respuesta a la pregunta de un periodista que le interrogó acerca del nunca logrado Premio Nobel). También ha dicho que el principal premio que tuvo en vida fue el cariño de la gente. Esto lo he podido corroborar con las intervenciones de sus paisanos en la radio, gente que lloraba, que recordaba anécdotas, que lo había conocido en tal o cual circunstancia. Todo el mundo lo califica como un hombre de bien y literariamente como poseedor de un estilo depurado, único, de un lenguaje rico y pleno de matices. Pero, además, su obra contenía una crítica social demoledora. Recordad "Los santos inocentes" libro en el que refleja la miseria, la opresión y el caciquismo. Recordad "El Hereje" todo un alegato contra la intolerancia y un canto a la libertad. Su vena lírica y emocionante aparece con claridad en el libro que dedicó a su esposa "Señora de rojo sobre fondo gris" tras quedarse viudo. Asimismo, quién no recuerda la tierna historia del niño en "El Príncipe Destronado" sobre el violento telón de fondo de una familia llena de problemas.
Premio Nadal en 1948 por La sombra del ciprés es alargada.
Premio Fastenrath de la Real Academia en 1957 por Siestas con viento sur.
Premio de la Crítica en 1962 por Las ratas.
Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1982.
Premio de las Letras de la Junta de Castilla y León en 1984.
Premio Nacional de las Letras en 1991.
Premio de Literatura en Lengua Castellana "Miguel de Cervantes" en 1993. ·
En 1999 obtuvo el Premio Nacional de Literatura de Narrativa por El Hereje, premio que también se le concedió en 1955 por la obra Diario de un cazador.
Fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Valladolid (1983), Complutense de Madrid (1987), El Sarre - Alemania (1990) y Alcalá de Henares (1996).
Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de la República Francesa. 1985.
En 1993 la Diputación Provincial de Valladolid le otorga la Medalla de Oro de la Provincia.·
En 1997 recibe el premio Brajnovic de la Comunicación, otorgado por la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra.·
En 1999 se le concede la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.
Fue también Hijo Predilecto de Valladolid.
En 1975 ingresó en la Real Academia Española de la Lengua.
Para terminar, os transcribo el texto, un fragmento de "El camino" que me ha enviado mi compañera Carmen Cuesta, bibliotecaria del IES Juan de Herrera de San Lorenzo de El Escorial. Podéis usarlo para trabajar con los alumnos:
TEXTO DE LA SEMANA
Miguel Delibes
Valladolid, 17 de octubre de 1920 - 12 de marzo de 2010
In memoriam
El camino
"Pero a Daniel, el Mochuelo, le bullían muchas dudas en la cabeza a este respecto. Él creía saber cuanto puede saber un hombre. Leía de corrido, escribía para entenderse y conocía y sabía aplicar las cuatro reglas. Bien mirado, pocas cosas más cabían en un cerebro normalmente desarrollado. No obstante, en la ciudad, los estudios de Bachillerato constaban, según decían, de siete años y, después los estudios superiores, en la Universidad, de otros tantos años, por lo menos. ¿Podría existir algo en el mundo cuyo conocimiento exigiera catorce años de esfuerzo, tres más de los que ahora contaba Daniel? Seguramente, en la ciudad se pierde mucho el tiempo -pensaba el Mochuelo- y, a fin de cuentas, habrá quién, al cabo de catorce años de estudio no acierte a distinguir un rendajo de un jilguero o una boñiga de un cagajón. La vida era así de rara, absurda y caprichosa ".
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