"Cuentos por teléfono" de Gianni Rodari
Hace unos años no existían los móviles. Así que, cuando Gianni Rodari escribió su libro "Cuentos por teléfono", el aparato era de esos grandes que se colocaban en el salón o, cuando había más de uno, en el dormitorio. La niña del libro podía hablar con su padre, que estaba fuera, y oir alguno de esos maravillosos, extraños e indescifrables cuentos que Rodari inventó. El calor de su padre ausente estaba reflejado en las palabras que componen los cuentos. Así, no lo sentía lejos, pensaba que estaba al alcance de la mano y que todo era posible, toda la felicidad y toda la ternura. Cuando la niña fuera mayor recordaría con satisfacción y con ternura esas charlas en las que padre conjuraba la distancia a base de cuentos. La idea de contar, de relatar, de inventar historias para alguien, no es nueva, pero Rodari la aplica a la relación entre padre e hija y a un sistema curioso y moderno para su época, como el teléfono. Las historias que se relatan tienen gracia, chispa, ingenio, te hacen reír. También te hacen llorar y te hacen pensar. Reír, llorar y pensar, las tres actitudes que el libro te inspira la mayoría de las veces.
Muchas actividades de animación a la lectura, las que se hacen para lograr que los niños se enganchen a algún libro y, de esa forma, a seguir leyendo, tenían como protagonista a Rodari y sus libros. De éstos, seguramente es "Cuentos por teléfono", el más original, tierno y agradable. Pero también está "La gramática de la fantasía", menos conocido pero también muy útil.
Si alguien quiere, además, conocer de primera mano la página web de este escritor tan peculiar, cuya vida fue, en sí misma, una novela, puede mirar en este enlace italiano. En este enlace podemos ver algunas simpáticas fotografías de infancia y conocer detalles de su vida y de cómo sigue presente en muchos intentos pedagógicos de lograr que los niños y jóvenes se conviertan en felices lectores.
Si tienes que regalar un libro a un chaval de once, doce, incluso trece años, no lo dudes.
Biografía de Gianni Rodari (tomada de la página web de SM):
Gianni Rodari nació en Omenga, Italia, en 1920. Hijo de padres panaderos y huérfano de padre desde los nueve años, fue criado a partir de entonces por una tía y después educado en internados y seminarios. Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, finalizó sus estudios de Magisterio y comenzó a trabajar como periodista en el diario Cinque Punte.
Sus primeros textos literarios aparecieron en publicaciones como L’Ordine Nuevo firmando con el pseudónimo Francesco Aricocci. Pasó por varias publicaciones hasta que finalmente se incorporó y dirigió la revista mensual Il Giornale del Genitori. Con su pseudónimo publicó una recopilación de leyendas populares, Leyendas de nuestra tierra, y dos cuentos de corte fantástico: El Beso y La señorita Bibiana.
Cuando trabajaba para el diario L’Unitá descubrió su vocación como escritor para los más pequeños. De aquella época (finales de los 40) nacieron las primeras narraciones cortas, humorísticas, coplas y retahílas ligadas a la poesía popular italiana y sus primeros libros para niños: El libro de las retahílas y Las aventuras de Cipollino.
En la década de los 50 pasó de un periódico a otro, y siguió escribiendo textos que gustaban tanto a grandes como a pequeños; e iniciados los años 60 comenzó a recorrer las escuelas italianas, donde, a través del contacto directo y la interacción con los niños mientras leía sus cuentos, observó las reacciones de su audiencia y tomó notas para tratar de averiguar la técnica correcta a la hora de crear buenas historias. Pronto se convirtió en uno de los mejores escritores para niños. Durante esos años recorrió las escuelas italianas para contar historias, pero también para escuchar a los niños. Esta actividad culminó en la reescritura y publicación de Gramática de la Fantasía. Introducción al arte de contar historias.
Los esfuerzos y la dedicación a la literatura infantil de Gianni Rodari tuvieron recompensa en 1970, cuando logró el Premio Hans Christian Andersen, el mayor galardón internacional para un escritor del género.
Sus libros, cargados de humor, imaginación y una fantasía desbordante, no escaparon a una crítica del mundo actual con un lenguaje muy pintoresco, espontáneo y en ocasiones comprometido.
Falleció en Italia en 1980.