"Golpe magistral" de Jessica Anthony


 Golpe magistral

Jessica Anthony

Traducción de Patricia Antón

Gatopardo Ediciones, marzo 2025

Diseño de la colección y de la cubierta Rosa Lladó 


Hay que felicitar a la diseñadora de la cubierta, Rosa Lladó, porque la imagen y el diseño tan sencillo y acogedor son unas de las cosas que atraen de este libro antes de leerlo. Dan la sensación de frescor veraniego, de relajación y de momento íntimo, de esos que una desea tener de vez en cuando, sobre todo si estás casada y tienes hijos. Me pregunto si, de verdad, una mujer casada y con hijos se libra alguna vez de esa urgente sensación de que tiene algo pendiente de hacer. No recuerdo cuándo fue la última vez en que me sentí libre de esa manera. Ni creo que vosotras lo recordéis. 

La protagonista se llama Kathleen, Kathy o Katie. ¿Os habéis fijado cuántas protagonistas de miles de cosas se llaman así? ¿Y cuántas variedades tiene ese nombre en todos los idiomas del mundo? ¿Y los cientos de diminutivos? Katiuska, Catalina, Caterina, Catrina, Katia, Catherine, Katharine, Caty, Cathy, Kate, Katie, Kitty, Cate, Ekaterina, Lina... una barbaridad de todo. Eso no lo aprecias para nada cuando eres pequeña. Tienes que cargar, sin más, con un nombre demasiado pesado, rotundo, un nombre de persona mayor con carácter. Lo malo es, además, cuando pasan lista en la fila del instituto. Entonces ...!!!!!

La autora no se anda con remilgos y nos presenta a los protagonistas del tirón: Virgil y Kathleen Beckett, y sus dos hijos Nicholas y Nathaniel. Virgil es agente de seguros, viven en un apartamento alquilado en una urbanización con piscina, y asisten a la iglesia presbiteriana. Virgil solo quiere que ella esté contenta. Nada más. A costa de lo que sea. La primera en la frente. Mi madre, que también padeció la cruz de un nombre inconmensurable, lo decía muchas veces: "me da mucha pena de los hombres". A mí también. Y por las mismas razones. Están indefensos porque no suelen entender nada. Cuando lo miro desde este punto de vista me siento una completa arpía. Como lady Susan Vernon

La acción transcurre solo en ocho horas, aunque Kathleen lleva deprimida, aburrida y sin ilusiones mucho tiempo más. No ha llegado a nada. Y él es bastante insulso le parece. La pérdida de los sueños crea un socavón en el alma. Hay muchos Kathleen de ambos sexos con esa misma irrealidad de no ser nada ni esperar nada. Qué dramático suena, qué cierto es. Lo sabes. Y con lo bonito no se come.  Virgil, el marido, es demasiado guapo y esto también es una cruz. Su desidia solo es comparable con su belleza. Y guarda secretos, como tanta gente, y ella, la mujer, también los guarda y algunos tienen forma de niño o de embarazo. Es una lucha entre dos personas que quieren amarse y que, tal vez, saben que la decepción lleva sus nombres. 

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