Los Brontë, las Brontë
La vida familiar de los Brontë me resulta mucho más atractiva que sus propias novelas. Quitando el extraño embrujo de "Cumbres borrascosas" o la asombrosa modernidad de "La inquilina de Wildfell Hall", todo ese otro universo de institutrices desgraciadas me resulta cansado. Cuando hablo de ellos siempre uso el artículo Los y no Las por una razón muy sencilla: incluye en ese ámbito familiar y literario también al hermano Branwell y diría que hay que añadir al padre, cuya biografía es tan curiosa que merece la pena contextualizar al grupo a partir de ella.
Creo que su historia, la de todos ellos, daría para un buen libro, un novelón de casi mil páginas, con idas y venidas, discusiones, enfermedades, muertes, amores tardíos, amores contrariados, amores prohibidos, sufrimiento, extraños edificios, personajes inenarrables, muchachas transidas por los versos, y, sobre todo, un artefacto literario de difícil explicación, el mundo de Gondal. Se escriben libros sobre ellos y la realidad se muestra inagotable. Este es uno de ellos. Merece la pena.
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