"Una larga mirada" de Elizabeth Jane Howard


El 2 de enero de 2014, cuando estaba a punto de cumplir noventa y un años, pues había nacido en 1923 en Londres, muere en Suffolk, en la casa junto al río a la que se trasladó en 1990, Elizabeth Jane Howard. El diario The Independent publica al día siguiente una crónica, firmada por Nicola Beauman, en la que traza un retrato de la escritora. "Podría haber sido excepcional", si hubiera tenido, dice la periodista "mejor suerte con los hombres". Su vida sentimental la arrasó por completo. Y algo tuvo que ver en ello una infancia triste, con una madre desgraciada, de temperamento artístico (había sido bailarina de ballet), insatisfecha, con la autoestima por los suelos y dependiente de un marido que no estaba a su altura. Estas vivencias son las que trasladó a su primera novela, The Beautiful Visit, de 1950, que logró el premio John Llewellyn Rhys. 

Todos hubieran esperado, después de este fulgurante comienzo, una amplísima y llena de éxito carrera de escritora, pero no ocurrió así, porque su trabajo era irregular, no tenía perseverancia en el mismo y se dejaba llevar por sus situaciones personales. Se había casado muy joven con un hombre catorce años mayor que ella, Peter Scott, y tenido una hija, Nicola, a la que dejó con su padre cuando se divorció, precisamente en el mismo tiempo en que publicaba su primera novela. Luego se casó dos veces más y tuvo varios amantes, todos ellos escritores. 

Su arrebatadora belleza supuso, al final, un handicap para ella, porque lograba enseguida llamar la atención de los hombres y sus elecciones no eran demasiado acertadas. Después de dos divorcios y varios amantes pareció encontrar la estabilidad necesaria para seguir escribiendo en el escritor Kingsley Amis, con quien estuvo casada casi veinte años. Su hijastro, Martin Amis, cuenta que fue ella quién lo alentó a leer y a desarrollar su vocación de escritor. En la casa que compartió con Amis había siempre invitados amigos a los que ella ayudó en momentos difíciles de salud, como la también escritora Elizabeth Taylor y el escritor Cecil Day-Lewis

"Una larga mirada" es un repaso por los veinte años de historia de un matrimonio, los Fleming, con todo lo que trae consigo la vida matrimonial, esa efervescencia inicial que pasa a convertirse, a veces, en rutina y malestar. En ese brillante y profundo ejercicio de introspección que hace la protagonista, pues es su mirada la que nosotros compartimos, el estilo de Elizabeth Jane Howard se deja ver con todo su esplendor: 
"La despertó muy despacio en medio de la noche para hacerle el amor. Entonces la señora Fleming descubrió el éxtasis que reside mucho más allá que cualquier falsa cima del placer: él la guió durante el difícil ascenso, la esperó, la honró con toda su atención y cuidado, hasta que, cuando llegó el instante final, el cuerpo entero de aquel hombre se había fundido con el suyo, el viaje había terminado y se descubrieron como amantes perfectos". 

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