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"La plenitud de la señorita Brodie" de Muriel Spark


Muriel Spark  es una autora imprescindible. Tiene un montón de libros donde elegir y puedes encontrar argumentos diferentes, sátira, ironía, hechos misteriosos, investigaciones policiacas y, sobre todo, personajes inolvidables. Si conoces su vida seguramente entiendas el porqué de su pasión por la literatura. Al fin y al cabo, escribir es vivir con palabras. 

Es importante saber que esta novela fue la que le abrió las puertas del éxito y la segunda que publicó, en 1961, con el recuerdo de su maestra. El título original es The Prime of Miss Jean Brodie. Desde entonces todo le fue rodado. La editorial Pre-Textos tuvo el acierto de publicarla en 2006, con motivo de su muerte que ocurrió el 13 de abril de ese año, y de reeditarla en 2010, siempre con la traducción de Silvia Barbero Marchena. La novela fue llevada al teatro y al cine. El ejemplar que manejo para esta reseña es una reimpresión de 2020. 

En cierto sentido, Muriel Spark fue una mujer muy moderna. Quiso dedicarse a la literatura por encima de todo y luchó para hacerlo de la manera más placentera y adecuada para ella. Se soltó de algunas ataduras que consideraba incómodas, no solo personales sino también profesionales. En este sentido, es un milagro que su alejamiento del mundo literario no la hubiera llevado al ostracismo, pero su obra siguió funcionando y las editoriales lo sabían. 

Muriel escribía siempre a mano, en cuadernos de espiral que recibía de Edimburgo, que emborronaba por una sola cara. Su actividad literaria fue constante y su éxito le reportó premios y distinciones que pudo disfrutar en vida. Algunas de sus novelas tienen un decidido aire autobiográfico, donde aparecen referencias a su propia peripecia y a sus problemas y preocupaciones, como, por ejemplo, las dietas de adelgazamiento que le trajeron más de un problema. Hay preciosas ediciones de sus libros en diversas editoriales en español, pues desde 1971 su obra puede leerse en nuestro idioma. En cuanto sus estudios literarios tiene un especial interés los que dedica a Mary Shelley y a los Brontë.


Más de veinte novelas y otros tantos libros de poemas, cuentos, crítica literaria o biografías, avalan su trayectoria. Pero, además, está su vida. Esa que fue extraordinaria y que tiene mucho que ver con su obra. 
nació como Muriel Sarah Camberg en Edimburgo, en el año 1918, y tuvo una buena educación, algo no usual en las niñas de entonces. Su padre era judío y su madre anglicana. Ella probó durante un tiempo el anglicanismo pero no le convención, así que se convirtió al catolicismo y en esta religión encontró su ancla definitiva. Su colegio de la infancia, la Escuela para niñas James Gillespie, tiene gran importancia porque a los once años una de sus maestras le despertó el interés por la literatura y ella siempre la tuvo como ejemplo de lo que una buena profesora debía ser. Así nacería más tarde el personaje de la señorita Brodie, el más famoso de cuantos creó. La maestra se llamaba Miss Christine Kay. 

El libro se desarrolla en los años treinta del siglo XX. En un colegio de señoritas situado en Edimburgo (donde ella había nacido en 1918) trabaja la señorita Jean Brodie. En cierto modo es una profesora con carisma, de esas que influyen en las alumnas e, incluso, las condiciona. Lo que sucede es que esa influencia va más allá de la natural y se convierte en algo premeditado, en una clase de manipulación que puede llegar a ser peligrosa. Si la escritora se llama Muriel Spark está claro que el ambiente del colegio femenino no puede ser placentero ni su protagonista sencilla. Todo es mucho más complejo e, incluso, despiadado. 


La plenitud de la señorita Brodie. Muriel Spark. Editorial Preciosa-Textos, narrativa contemporánea, traducción de Silvia Barbero. 2020. 


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