Eaea, lo flamenco

 

 El flamenco permea toda la música española. Y así surge Lo Flamenco. Toda la música popular del siglo XX y del XXI, con todos sus géneros, subgéneros y modas, está influenciada a tope por el flamenco. Y las demás músicas, las que se escriben en papel, también. Los flamencos desprecian a esas músicas cuando se les acercan demasiado: esto no es flamenco, dicen ufanos. Ahora la academia brama contra Rosalía por atreverse a sonar un poquito y también contra alguno de los suyos, como Poveda, al que consideran demasiado mixto. Lo peor de todo es cuando el germen de lo flamenco está entre ellos, Camarón y Caracol, como ejemplos. Ahí se produce el aluvión de críticas como las antiguas duquesas con el título echado a perder. Olvidan, claro está, que lo mixto es lo más flamenco que existe, pero ese es otro debate. 

 Blanca Paloma irá a Eurovisión con Eaea que no es otra cosa que una nana pasada por lo de ahora, con palmas, vocabulario, ropa y dejes flamencos. Lo flamenco está de moda, aunque esto no debería decirse porque siempre ha sido así y ha convivido con el flamenco en todos los terrenos y a veces le ha ganado. Deberían los flamencos dejarse de poner zancadillas y aprovechar la efervescencia. Algunos lo hacen y salen favorecidos. Así dejarían de asustar a la gente con eso de flamenco puro y flamenquito, con eso de el flamenco y lo aflamencado. Lo flamenco es definitorio. Una tendencia, un arraigo, una cosa, una luz. 

  Los artistas del pop y del rock lo tienen claro. Ellos quisieran saber cantar flamenco. Montserrat Caballé quiso cantar por bulerías en el Lope de Vega y lo intentó. Pero el cante se reserva solo para algunos privilegiados. Que ni siquiera se dan cuenta de esto. Sin embargo, los otros tienen todo lo demás. A Lorca, al ritmo, a la guitarra, a las palmas, al aire, a las letras, al estilo, al son. Lo flamenco está en sus manos y en sus pies. Y ahora va a Eurovisión. De nuevo. Ea.